Un embarazo molar es una complicación poco frecuente durante los meses de gestación que tiene como consecuencia el crecimiento anormal de troflobastos, las células que se convierten en la placenta. Además, nos podemos encontrar con dos tipos de embarazos molares. Por un lado, está el embarazo molar completo, que se da cuando el tejido placentario es anormal y está hinchado y, por otro lado, nos encontramos con el embarazo molar parcial, donde puede haber tejido placentario. También, puede haber un feto, pero lo más normal es que no sobreviva y que se produzca un aborto involuntario. Además, un embarazo molar puede acarrear diversas complicaciones, como una forma de cáncer poco frecuente. Por eso, requiere un tratamiento frecuente.
Por lo general, un embarazo molar puede parecer un embarazo completamente normal al principio, pero con unos signos y síntomas muy característicos. Entre ellos destacan el sangrado vaginal de color rojo brillante o marrón oscuro durante el primer trimestre, náuseas y vómitos intensos, eliminación vaginal de quistes y presión o dolor pélvico. Por eso, si crees que tienes algún síntoma del embarazo molar, lo que tendrás que hacer será consultar con un especialista para que te dé una solución y unos consejos a seguir. Así, el médico detectará otros signos como el rápido crecimiento del útero, la presión arterial alta, preeclampsia, quistes en los ovarios y tiroides hiperactiva.
Este tipo de embarazo está provocado por un óvulo fecundado de forma anormal. Cabe destacar que las células humanas contienen 23 pares de cromosomas y que un cromosoma de cada par proviene del padre y, el otro, de la madre. En un embarazo molar completo se fecunda un óvulo vacío con uno o dos espermatozoides y todo el material genético proviene del padre. Por eso, en estos casos, los cromosomas de la madre lo que hacen es perderse o inactivarse, mientras los del padre se duplican. Por su parto, en un embarazo molar parcial permanecerán los cromosomas de la madre. Como resultado, el embrión tendrá 69 cromosomas, en vez de 46. Esto suele ocurrir después de que dos espermatozoides fecunden un óvulo, lo que hace que haya una copia genética adicional al material genético del padre.
Alrededor de uno de cada mil embarazos se diagnostica como embarazo molar. Además, sí que existen diversos valores asociados a esta complicación, como la edad de la madre, ya que es más probable en aquellas mujeres que son mayores de 35 o 40 años. También, influirá si ha sufrido un embarazo molar anterior, ya que las probabilidades de que vuelva a suceder sean de una de cada cien mujeres. Lo más normal es que se extraiga la mola. El tratamiento comprenderá un legrado, histerectomía y el control de la coriogonadotropina.
Después de esto es posible que quede tejido molar y que este continúe con su crecimiento. A esto se le denomina “neoplasia trofoblástica gestacional persistente” y suele darse en el quince o en el veinte por ciento de los embarazos molares completos y en el cinco por ciento de los embarazos molares parciales. Este tipo de complicación puede tratarse con éxito, generalmente a través de la quimioterapia. Otra opción será la extracción del útero. En raras ocasiones suele aparecer como una forma cancerosa y tampoco suele extenderse a otros órganos.
Respecto a la prevención del embarazo molar, si ya has tenido uno con anterioridad, lo mejor será que hables con el médico para que te dé los consejos necesarios antes de ponerte de nuevo a intentar concebir. Lo más probable es que te recomiende que esperes entre seis meses y un año, ya que será lo mejor para ti y el bebé. El riesgo de recurrencia es bajo, pero sí que es más alto que en otras mujeres que no han tenido este tipo de embarazo.
En los siguientes embarazos es posible que el especialista decida realizarte ecografías tempranas para controlar el estado en el que se encuentra el feto. También, es posible que barajen la posibilidad de realizar análisis genéticos prenatales, que puedan utilizarse para diagnosticar un embarazo molar. Antes de acudir al especialista hazte una serie de preguntas y apúntate todas las dudas que te gustaría que te resolvieran. Así, será más cómodo para el especialista y para ti.