Cuando se es madre parece que las 24 horas del día se reducen por completo y te faltan horas en el día, por lo que el estrés es muchas veces uno más en tu rutina. Liberarte de ese agobio y despejar la mente puede estar en el deporte, que además puede ayudarte a mantener tu figura tras el parto o darte ciertos beneficios más allá de la forma física si eliges bien los ejercicios que practicas. No tienes que ir a un gimnasio si no tienes el tiempo necesario, pues en casa también puedes hacer ejercicios fenomenales para tu bienestar.
Con una media hora al día puede ser suficiente para que tu cuerpo esté siempre activo y motivado. Unos 30 minutos que te dedicas a ti misma y al bienestar de tu cuerpo y de tu mente, para lo que la motivación ante el ejercicio es muy importante. Debes afrontar la jornada deportiva con positividad, pensando en los beneficios que te va a aportar no solo en el aspecto físico, también, como comentábamos, en el mental. Además, es muy importante tener en cuenta el suelo pélvico, que tras un embarazo podría verse mucho más debilitado.
Por eso mismo, tonificar glúteos y abdomen puede ayudar a fortalecer el suelo pélvico, además de aliviar o prevenir posibles dolores lumbares por tomar posturas corporales no muy adecuadas. Trabajar esta zona es sencillo y la posición que debes tomar es como si fueses a hacer abdominales, pero entre las rodillas debes poner una pelota u otro elemento que permita que las rodillas no se separen. De esta manera, y controlando por completo la respiración, eleva la pelvis hasta dejar tu cuerpo en posición diagonal y vuelve a la inicial.
Además de los glúteos también te hablamos de los abdominales, que en lugar de trabajarlos de forma convencional puedes hacerlo mediante una plancha, que será bastante beneficioso para la zona lumbar y pélvica. La plancha es sencilla pero muy dura, por eso en un principio puedes hacerla sin más, apoyando los antebrazos en el suelo bien alineados con los hombros y el cuerpo estirado en el aire con la punta de los dedos de los pies apoyada. Cuando te sientas segura puedes levantar una pierna y mantenerla unos segundos en alto e ir intercalándolas, así también entrenarás los glúteos.
El pilates también puede serte de gran ayuda, tanto tras el parto como después. ¿Por qué? Los ejercicios que se realizan en pilates permiten controlar y mejorar la respiración, un factor importantísimo en la relajación corporal y mental para combatir el estrés. Por su parte, el pilates ayuda a corregir la postura poco a poco y mejorarla de tal manera que pueda reducir algunos dolores que antes se producían por no estar en la posición correcta. Otro de sus grandes beneficios es la amplitud de movimiento que ofrece gracias, en parte, a la mayor flexibilidad que va recibiendo tu musculatura.
Las sentadillas, siempre que se hagan bien, son un buen ejercicio al alcance de cualquiera en donde además de los músculos abdominales y los glúteos se trabaja bastante el suelo pélvico, por lo que son perfectas para su fortalecimiento. A ello puedes sumarle los llamados ejercicios Kegel, muy específicos para el entrenamiento del suelo pélvico. Uno de los más sencillos es contraer estos músculos. ¿Cómo? Pues cuando vas al baño y cortas la orina de forma voluntaria realizas una contracción, la misma que tienes que hacer para completar estos ejercicios, que puedes hacer en cualquier momentos del día. Uno de los principales es contraer, respirar suavemente durante cinco segundos y volver a relajar la musculatura, repitiendo este proceso varias veces.
Todo ello te ayudará a despejar tu mente y a mantener tonificado tu cuerpo, a lo que también hay que sumar, por supuesto, una alimentación sana y equilibrada. El ejercicio para las madres es necesario y les ofrece grandes beneficios que irán notando de forma progresiva a la vez que aumentas la intensidad de tus entrenamientos, incluyendo nuevos ejercicios.