Gas de la risa en el proceso de parto: una alternativa para aliviar las contracciones
Hablamos de un analgésico tradicionalmente utilizado en ortodoncia que ha resultado ser muy efectivo cuando llegan las contracciones de parto.
Te contamos qué es el gas de la risa y cómo actúa cuando se acerca el momento de que nazca el bebé.
Nos cuesta imaginar el momento del parto mezclado con la risa, pero solo se trata del nombre, ”gas de la risa”, que recibe el Etonox, un sedante y analgésico utilizado sobre todo en odontología. Se trata de una mezcla de óxido nitroso y gas de oxígeno al 50% que se viene utilizando desde hace unos años en el trabajo de parto como método analgésico en Estados Unidos, Canadá, Finlandia o Italia. Se creó en Inglaterra en los años sesenta para tratar el dolor, pero la extensión del uso se ha mantenido muy limitada durante décadas. En España aún tiene un uso reducido, aunque cada vez son más los hospitales que lo ofrecen a las mujeres en el paritorio. En cualquier caso, su existencia, beneficios y posibles complicaciones aún no se conocen tanto como la epidural, por lo que no es habitual pedir que se utilice.
¿Cuáles son los beneficios del gas de la risa?
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Centrándonos en el momento del parto y en la necesidad de aliviar el dolor de las contracciones, el gas de la risa es muy flexible a la hora de administrarlo. A diferencia de la epidural, que se administra en una sola aplicación y dura un determinado número de horas, el Etonox se utiliza a demanda, y es la propia mujer la que lo inhala a través de una mascarilla cuando lo necesita, accionando una válvula de mano que regula la expulsión del gas cada vez que tiene una contracción. Tras la inhalación, el analgésico tarda apenas 20 segundos en hacer efecto y este dura aproximadamente tres minutos.
Otro beneficio es que el gas de la risa se elimina del cuerpo de la madre en apenas unos segundos, ya que solo necesita inhalar el aire de la habitación para expulsarlo. Además, permite que la madre esté consciente todo el tiempo, y no existe el riesgo de que se anestesie la mitad inferior del cuerpo durante horas, por lo que puede permanecer activa durante el trabajo de parto y empujar cuando es necesario, algo que no siempre permite la epidural.
Por lo tanto, se considera que el gas de la risa permite un parto más natural y menos intrusivo, en el que la madre puede tener un papel activo sin que para ello tenga que sucumbir al dolor de las contracciones. Podríamos decir, por lo tanto, que el gas de la risa permite un parto fácil en condiciones óptimas, seguro y en el que la mujer puede mantener tanto la movilidad física como la capacidad de decidir sobre el tratamiento del dolor. De hecho, son muchas las mujeres que quieren retrasar al máximo el momento de ponerse la epidural, y esta podría ser una excelente solución a la hora de aliviar el dolor de forma inmediata y temporal. Por supuesto, también se considera seguro para el bebé, además de no presentar consecuencias cardiorrespiratorias de ningún tipo.
No es incompatible con la epidural
Otra de las aspectos interesantes del gas de la risa es que no es incompatible con la epidural. Es decir, se puede utilizar como único medio analgésico, pero llegado el caso de tener que administrar anestesia epidural, haber utilizado el gas no supone ningún inconveniente. De hecho, el gas de la risa no se considera estrictamente una alternativa a la epidural, si buscamos un parto sin dolor, porque el tipo de analgesia es diferente: el gas atenúa el dolor, mientras que la epidural lo elimina, por lo que va a depender de cada mujer y de su grado de dolor decidir cuál es el más conveniente en cada caso.
Complicaciones e inconvenientes
La aplicación de anestesia, sea del tipo que sea, siempre entraña un riesgo considerable, tanto para la madre como para el bebé, pero con las debidas precauciones y administrando bajas concentraciones el gas de la risa no debería entrañar riesgos.
En cuanto a los inconvenientes, ya hemos dicho que se trata de un analgésico suave, por lo que no es efectivo para algunas mujeres, aunque para otras pueda resultar suficiente para realizar el trabajo de parto. En la parte práctica, su aplicación requiere de la necesidad de ventilar la sala de partos para que no afecte a los médicos que se encuentran en ella, algo que no es posible en todos los hospitales. Pensemos que la madre lo expulsa de sus pulmones de manera inmediata, pero que los médicos pueden verse expuestos de manera constante a la inhalación del gas.
Si hablamos de efectos secundarios, puede presentar algunos de tipo leve, aunque sean molestos, como la sensación de mareo y somnolencia, además de náuseas y vómitos.
En cuanto a su disponibilidad, no se encuentra en todos los hospitales, por lo que es muy posible que muchas mujeres no sepan si podrán usarlo hasta que llegue el momento del parto. Tampoco es muy conocido, por lo que no se demanda lo suficiente como para que muchos hospitales se planteen su uso.