La prolactina es una hormona encargada de estimular la producción de leche materna, por lo que dispara sus niveles durante el embarazo. El problema llega cuando esta hormona, que se produce en la pituitaria y que también modula el nivel de estrógenos y testosterona, mantiene como norma sus niveles en sangre más altos de lo recomendable, dando lugar a un trastorno conocido como hiperprolactinemia. Este puede darse en ambos sexos.
Una de las causas más habituales de este trastorno es la aparición de masas o tumores en la glándula pituitaria, conocidos como prolactinomas. Estos producen altos niveles de prolactina y generalmente son benignos. Además de aumentar los niveles de dicha hormona en sangre, estos tumores pueden provocar dolores de cabeza y problemas de la vista. Son más comunes en mujeres que en hombres.
También hay ciertos medicamentos que pueden aumentar los niveles de esta hormona. Entre ellos, destacan aquellos contra la presión arterial alta, la depresión, la acidez o la menopausia. El embarazo, la lactancia y el sueño o el estrés son causas fisiológicas que también pueden llevar a un incremento de la prolactina en sangre.
Muchas otras enfermedades o trastornos que afectan directamente a la pituitaria pueden desencadenar la hiperprolactinemia. Entre ellos, el hipotiroidismo, tumores o tratamientos contra los mismos que se den cerca de la pituitaria o sobre la misma, así como otras enfermedades crónicas del hígado y los riñones.
Pérdida de deseo sexual y masa ósea, infertilidad… los síntomas de la hiperprolactinemia son de lo más variado. Es muy habitual la sequedad vaginal, por lo que las relaciones sexuales suelen ser incómodas o dolorosas, así como las irregularidades o desaparición de la menstruación en el ciclo. Una de las señales más claras es la producción de leche materna cuando no se está ni embarazada ni amamantando.
La disfunción eréctil, la disminución de masa muscular y la ginecomastia o agrandamiento de pechos también son señales de la hiperprolactinemia. Si sufres alguno de estos síntomas o tienes dudas, acude a tu médico para que pueda descartar patologías y darte un diagnóstico más acertado. Cuanto antes se identifique, más efectivo será el tratamiento.
El diagnóstico suele ser rápido y sencillo; basta con un análisis de sangre para detectar los niveles de prolactina. Si existe un exceso de esa hormona en sangre, suelen llevarse a cabo más pruebas relacionadas con la tiroidea, para descartar el hipotiroidismo como causa de el trastorno en los niveles de prolactina. El médico también puede optar por otra serie de cuestionarios y chequeos médicos para acotar el trastorno que sufre su paciente.
Dependiendo de los síntomas y niveles de prolactina en sangre, así como del origen del trastorno, el médico optará por uno u otro tratamiento. En el caso de que existan tumores, hay un amplio abanico de medicamentos o intervenciones, o incluso radiaciones, que permiten eliminar los prolactinomas.
En cualquier caso, y sea cual sea el origen, es fundamental tratar de normalizar los niveles de prolactina para mejorar la salud del paciente. En un alto porcentaje de las ocasiones, la hiperprolactinemia aparece sin causa identificable y se va espontáneamente, sin que se llegue a conocer el motivo. Se están realizando estudios para tratar de entender mejor este trastorno.