Tras un año y medio marcado por la pandemia, cada vez quedan menos restricciones de una etapa que ha dejado huella en nuestras vidas. Los trabajos vuelven de forma presencial, los eventos recuperan su alfombra roja y los aviones vuelven a llenarse de pasajeros con ganas de conocer otros países. Las influencers, que han vivido unos meses de parón y han tenido que pasar más tiempo en casa, han retomado sus ajetreadas vidas repletas de viajes y encuentros. Laura Escanes es una de ellas y ha confesado a sus seguidores que tiene sentimientos encontrados.
La catalana y su marido, Risto Mejide, fueron padres de Roma hace dos años. En este tiempo, la influencer y el presentador han tomado distintas decisiones por el bien de la menor. A pesar de que en un primer momento decidieron no llevarla a la escuela infantil, a principios de año anunciaba en redes sociales los motivos de su cambio de opinión, algo que puedes ver en este vídeo: “Ha llegado un momento en el que necesito hacer cosas para mí y avanzar un poco”.
Ahora, Laura Escanes ha puesto rumbo a París para abordar algunos compromisos profesionales. Pero tras montarse en el avión, la influencer recurría a su cuenta de Instagram para compartir con sus seguidores lo duro que se le hacía volver a los viajes de trabajo y dejar a su hija en casa. “Tengo sentimientos encontrados. Por una parte estoy feliz de volver a viajar y a trabajar en algo que me gusta y disfruto. Me siento muy agradecida”, ha confesado.
Pero por otra parte, la mujer de Risto Mejide ha admitido que le ha hecho “muy difícil” irse a París y dejar “a Romita en casa porque estaba un poco malita”. “Está muy bien cuidada, pero yo que sé. Cosas de madres, supongo, y no creo que esta sensación pase nunca”, le contaba a su más de un millón y medio de seguidores.
No es la primera vez que la mujer de Risto Mejide confiesa algunas de sus inseguridades. A lo largo de los dos años de vida que tiene su hija Roma, la influencer ha tenido que contar con ayuda de "una persona de absoluta confianza" que cuida de la menor mientras ella y Risto llevan a cabo sus compromisos laborales.
“Noto que yo estoy en casa, pero al final no estoy dedicándole el 100% de mi tiempo de calidad porque también estoy con mi trabajo”, explicó hace unos meses cuando tomó la decisión de apuntarla a la escuela infantil. Una medida que también tiene relación con las necesidades de la influencer, que ha dejado de lado “un montón de proyectos” por cuidar de su hija a lo largo de estos años.