Mamografías y radiografías durante la lactancia, ¿pueden afectar al alimento del bebé?

  • Durante el embarazo y la lactancia tendremos que tener especial cuidado y velar por nuestra salud y la de nuestro pequeño.

  • Es muy posible que te preocupe si va a afectar en algo a tu bebé si te sometes a una radiografía o mamografía. Pero, ¿esto es realmente peligroso?

El embarazo y la lactancia son uno de los momentos más cruciales en la vida de un bebé. Es por eso que la madre tendrá que tener especial cuidado en ambas etapas y mirar, aún más, por su salud y por la de su hijo. Habrá que mantener una dieta equilibrada, olvidarse de la vida sedentaria y hacer ejercicio, así como tomar otras precauciones.

Una vez que la mujer está amamantando, una de sus preocupaciones será que alguna alteración en su salud pueda afectar a su bebé. Aunque eso sí, serán pocas las enfermedades que se podrán transmitir a través de la leche materna, por lo que no habrá que obsesionarse.

Es muy posible que te preguntes qué es lo que puedes hacer y lo que no cuando estás dando el pecho. Es cierto que habrá que mantener cierta precaución y las visitas al hospital deberán ser contadas y por necesidad. Pero también es verdad que, durante ese periodo, tendrás que seguir con tu control rutinario. Es decir, es muy probable que tengas que seguir sometiéndote a distintas pruebas, como puede ser una radiografía o mamografía.

La lactancia materna y las radiografías

Pero, ¿es seguro que una mujer que está dando el pecho se someta a una radiografía? Lo cierto es que las radiografías, las resonancias magnéticas y las ecografías no pueden alterar la lactancia. Los rayos X no permanecen en el cuerpo, sino que lo atraviesan a gran velocidad y tampoco llegan a alterar los niveles de prolactina. Además, se pueden hacer ya sea una o varias radiografías y continuar dando el pecho inmediatamente, sin tener que esperar un tiempo fijo.

La lactancia materna y las mamografías

También son compatibles con la lactancia los contrastes yodados o las papillas de bario que se utilizan en algunas radiografías o el contraste de gadopentato que se usa, a veces, en la resonancia magnética. Además, las mamografías tampoco tienen ningún riesgo para el bebé, pero durante la lactancia sí que serán más complicadas de interpretar. También, se debe procurar dar el pecho o sacar la leche justo antes de la prueba para que esté lo más vacío posible y se vea mejor el interior y dar aviso al radiólogo de que te encuentras amamantando.

Sí que es cierto que se podrá recomendar descartar la leche y esperar hasta 24 horas. Pero esta recomendación no tiene a su favor ninguna evidencia científica y los expertos señalan que será posible mantener el amamantamiento de forma normal.

Además de las radiografías o mamografías, puedes pensar que hay otros aspectos, como por ejemplo los medicamentos, que pueden afectar a la lactancia, pero lo cierto es que hay muy pocos que sean completamente incompatibles. En la inmensa mayoría de los fármacos, la cantidad que pasa a la leche es extremadamente pequeña y, por eso, es muy poco probable que tenga algún efecto en el pequeño.

¿Y qué pasa con la anestesia, el tinte para el pelo y el esmalte de uñas?

La anestesia también será plenamente compatible con la lactancia. La anestesia local, como su propio nombre indica, es local, por lo que no afectará a otra parte del cuerpo. Y, en el caso de que fuera anestesia general, esta desaparecería del organismo justo antes de que te despiertes y, por tanto, se podrá dar el pecho sin ningún temor.

En el caso de los tintes para el pelo, puede que hayas oído que no hay que aplicárselos, ya que esas sustancias químicas que contienen podrían llegar al pequeño, pero lo cierto es que estos productos químicos no afectarán al bebé, aunque lo mejor será decantarse siempre por los tintes más naturales posibles. También, habrá que evitar el contacto directo del pequeño con el tinte, así como ventilar bien la habitación y lavar bien el pelo para que no quede ningún residuo.

Respecto a las uñas, también se dice que existen ciertos ingredientes dañinos en la elaboración de los esmaltes, pero ya no son comunes hoy en día. Aún así, será muy importante que verifiques de que está hecho el esmalte y no contenga ingredientes peligrosos. La cantidad de los mismos suele ser casi insignificante y no logrará repercutir en nuestro cuerpo. Eso sí, habrá que tener especial cuidado con la acetona y lo mejor será que optemos por otras alternativas. Además, cuando te pintes y te quites el esmalte, lo mejor será que lo hagas alejada del pequeño.