Han pasado quince días desde que María Castro sintió, por segunda vez, “la magia de la vida”. Aunque "tenía la esperanza” de tener un parto vaginal, los planes cambiaron y finalmente fue a través de cesárea. Pero eso no le impidió sentir de nuevo “otro día tan especial como el de hace cuatro años”, cuando nació su primera hija. Ahora la actriz y su marido, Jose Manuel Villalba, son una familia de cuatro con la llegada de Olivia, un nombre que les encanta porque “trae paz al mundo”. Dos semanas después de sentir todas estas emociones, María Castro ha compartido una fotografía para mostrar su cuerpo postparto y dar visibilidad a la “maternidad real”.
“A estas horas mi cuerpo estaba a punto de explotar y mi corazón también, pero de amor”, recuerda la actriz quince días después de dar a luz. Sin poder evitar parar y mirarse al espejo, Castro ha fotografiado el momento y ha dado visibilidad a su cuerpo postparto. Con los calzoncillos de fin de año de su marido, porque “la cicatriz de la cesárea no me deja ponerme otra cosa”, un sujetador blanco, un moño en la cabeza, “ojeras de mapache” y una barriguita incipiente, María asegura que el cuerpo de la mujer “es valiente y bello”.
“Poco menos que lo dona durante meses para crear y albergar vida y ese mismo cuerpo, por decisión propia (y respetando cualquier postura), alimenta ahora a una criatura a la que ya le asoman los mofletes”, ha contado la actriz. Sin querer engañar a sus seguidores, María confiesa que uno de sus primeros pensamientos fue la recuperación física, algo por lo que se sintió “absurda de narices”. “Mamás del mundo, no tenemos nada de qué recuperarnos. Esta es nuestra nueva realidad y es el resultado del acto más mágico de amor”, añade.
Castro considera que cada una de las señales, “estrías, cicatrices y barrigas al más puro ‘slime’”, están ahí para recordar “lo jabatas que hemos sido”. “Las mujeres en las que nos hemos convertido nada tienen que envidiar a las de antes”, asegura la actriz, que reconoce que es momento de cuidarse y dejarse mimar.
Fue uno de los temas de los que habló antes de convertirse en madre por segunda vez. La actriz tenía claro que traer al mundo a Olivia era “el mejor regalo del mundo” para Maia, que tiene cuatro años. Unos días después de dar a luz, Castro publicaba una fotografía paseando con sus dos hijas y nos hacía partícipes de las primeras horas en casa siendo cuatro. “Maia no tiene ojos para nadie más, su hermana es su mundo ahora”, contó.