Los avances médicos han conseguido hacer más sencilla la maternidad para aquellas mujeres que, por cualquier motivo, no pueden tener hijos biológicos o tienen complicaciones para quedarse embarazadas. Entre las nuevas técnicas de reproducción asistida está la ovodonación, muy similar a la fecundación in vitro pero con una diferencia muy notable, en lugar de utilizar un óvulo de la gestante se utiliza uno de una donante que se fecundará con el semen de la pareja de la gestante o con el de cualquier otro donante anónimo.
La ovodonación no es un proceso que se realice en cualquier mujer, sino que tiene un perfil marcado de quienes pueden beneficiarse de esta técnica de reproducción asistida. De esta manera se indica especialmente para aquellas mujeres que cuentan con un mal funcionamiento de los ovarios o que no poseen una gran cantidad de ovocitos para poder quedarse embarazada de forma natural, además de mujeres con menopausia precoz que deseen ser madres. La edad es otro factor determinante, pues con el paso del tiempo se va perdiendo la calidad de los óvulos, por eso suele ser una técnica recurrente en mujeres que se acercan a los 40 años o los superan.
Para poder ser madre según este método lo indicado siempre es que esté aconsejado por un especialista tras haber realizado un diagnóstico adecuado con el que se confirme que el embarazo no supone un peligro ni para la gestante ni para el bebé. En cuanto a la donante de óvulos, sí que hay más requisitos, pues siempre deben ser mayores de edad pero menores de 35 años. A ello se le une un estudio en profundidad para verificar su buen estado de salud, tanto física como mentalmente, además de una revisión ginecológica que asegure su buena función ovárica.
El proceso comienza con tratamiento para la gestante para preparar el endometrio para la futura fecundación. Hay dos formas de hacerlo, en fresco o vitrificados. El primer caso intentan sincronizar los ciclos ováricos de donante y gestante, mientras que si es vitrificado significa que una vez se obtienen los óvulos mediante punción folicular de la donante estos se congelan hasta que se inicia la fecundación en la gestante cuando tiene su endometrio preparado para ello.
Una vez los óvulos son fecundados e inseminados con el semen de la pareja o de un donante anónimo se introducen en el útero a la espera de que dé resultado y se produzca el embarazo. A pesar de que la ovodonación tiene una tasa alta de acierto, es necesario hacer ciertas pruebas una vez pasados 14 días desde que se realizó el procedimiento para saber si la fecundación ha sido un éxito o, si por el contrario, habrá que volver a intentarlo. Para esto último, en la mayoría de ocasiones se dejan embriones congelados de la donante para no tener que repetir el proceso completo.
Aún así, uno de los problemas que presenta este tipo de embarazo es que, a pesar de ser la madre gestante, no se compartirá la genética con el hijo, lo que echa para atrás a muchas mujeres en este proceso. Pero precisamente para ello las clínicas intentan asemejar lo máximo posible la donante con la gestante en varios aspectos, como es la apariencia y su sistema inmune, de ahí que para ser donante sea necesario pasar tantas “pruebas”.
De todas formas, aunque esto aún requiere de más investigaciones, durante la gestación parece que pueden ocurrir ciertas modificaciones en el ADN del bebé que pueden influir, por ejemplo, en su aspecto. Así, esta información siempre se da desde un inicio, intentando también demostrar que la maternidad no solo es compartir genética, también es la forma de educar y criar a tu futuro hijo.
En definitiva, la ovodonación es una técnica más que ofrece a mujeres que, por una situación u otra, no pueden quedarse embarazadas conseguirlo. Es un método seguro y con una gran tasa de éxito en mujeres que consiguen quedarse embarazadas.