Oxitocina en el parto: la influencia de esta hormona en la llegada del bebé
Es la hormona responsable de que pueda producirse el parto cuando llega el momento.
Cuando no se segrega en cantidades suficientes o hay complicaciones se administra oxitocina artificial para inducir el parto.
Asociamos la palabra oxitocina al momento del parto y a las contracciones que se producen para que pueda darse, pero queremos contarte más de esta hormona que nos acompaña en diferentes momentos de nuestra vida. Se la conoce como la hormona del parto, porque es la encargada de producir las contracciones que hacen que el bebé recorra el canal del parto hasta llegar al exterior, y también las responsables de la dilatación del útero para que pueda salir. Se produce en el cerebro, y desde ahí viaja a través del torrente sanguíneo hasta hacer que tenga lugar el parto. Cuando una mujer embarazada no produce suficiente oxitocina en el momento del parto, o es necesario inducirlo por las razones que sean, se utiliza oxitocina sintética.
Las funciones de la oxitocina en el parto
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La oxitocina se libera en pequeñas cantidades a lo largo del embarazo, pero lo hace en cantidades grandes cuando comienza la dilatación del útero y cuando el bebé comienza a ejercer presión sobre este. Esto último se conoce como “Reflejo de Ferguson”, y garantiza la liberación continua de oxitocina durante el parto.
Cuando la oxitocina sale del cerebro llega hasta unos receptores que se encuentran en el útero y estimula un músculo liso que allí se encuentra para que tenga lugar su principal función, que es, como hemos dicho, hacer que comiencen las contracciones que permitirán las expulsión del bebé. Las contracciones suelen darse a intervalos regulares, y el espacio de tiempo entre una y otra va disminuyendo conforme se acerca el momento del parto. Pueden empezar con varios minutos de diferencia (pueden darse unas tres contracciones cada 10 minutos) y antes de que salga el bebé no llegar a los 60 segundos.
Es cierto que la oxitocina necesaria para que se produzca el parto es la que procede de la madre, pero los bebés también la segregan durante este, y esta comprobado que cuanta más oxitocina liberen, más sencillo puede llegar a ser el trabajo de parto.
¿Qué otras funciones tiene la oxitocina?
Nuestro cuerpo no produce solo oxitocina durante el embarazo y parto, sino que es muy importante en nuestra vida tanto antes como después. Tras el parto, la oxitocina también interviene en la producción de leche materna, y cada vez que, mientras lacta, el bebé succiona el pezón, se segrega esta hormona para permitir que salga la leche materna.
Es posible que hayas oído alguna vez que se produce una subida de leche cada vez que una madre escucha llorar al bebé durante la lactancia, y esto es porque al parecer, al escuchar el llanto del niño, puede generarse la producción de oxitocina. Y en ocasiones basta con tener al bebé cerca para que esto ocurra.
La oxitocina también hace acto de presencia durante el coito, promoviendo contracciones en el útero con la finalidad de ayudar al esperma a llegar hasta el óvulo para que pueda producirse la fecundación. Esta hormona también influye mucho en nuestras emociones, y en ocasiones nos referimos a ella como la hormona del amor, porque la segregamos cuando estamos cerca de gente que queremos, además de en momentos tan importantes como el parto o la lactancia. Se la relaciona también con la memoria, la capacidad de aprendizaje, la empatía o la fobia social.
Parto inducido y oxitocina sintética
Se viene utilizando desde los años 50 para estimular las contracciones del útero de manera artificial para provocar o inducir el parto. Independientemente de las ocasiones en las que un parto se induce porque han tomado esa decisión de manera conjunta la madre y el médico, existen determinadas razones que requieren su uso. Las más habituales son:
- Un parto prolongado en el que las contracciones no están siendo eficaces.
- Un rotura de membranas prematura.
- Separación de la placenta del útero, que implica un riesgo tanto para la madre como para el bebé.
- Embarazo que se prologa más allá de las semanas 41-42.
- Sufrimiento fetal.
- Enfermedades de la madre, como la diabetes gestacional o la preeclampsia.
Estos son algunos de los casos en los que se utiliza la oxitocina sintética, que se administra por vía intravenosa y comienza a hacer su efecto en unos 30 minutos. Se comienza por una dosis baja, que se va aumentando progresivamente si los médicos lo ven necesario. Si transcurren 12 horas desde la primera dosis sin llegar a una fase activa de parto se suele dar por fracasada la inducción y se practica una cesárea. Otro uso médico que tiene la oxitocina es ayudar a reducir el sangrado que se produce tras el parto.
¿Tiene efectos secundarios la oxitocina artificial?
La oxitocina artificial se utiliza de manera habitual para inducir el parto sin que en la mayoría de los casos se den complicaciones de ningún tipo. Esta claro que lo ideal es un parto espontáneo que se produce de manera natural y es seguro para la madre y el bebé, pero en el caso de que exista algún riesgo para ellos y se deba inducir el parto, es necesario administrar oxitocina.
Puesto que se trata de un medicamento, siempre ha de administrarse en un centro hospitalario bajo supervisión médica, además de haber hecho una valoración previa que determine su uso.
Aunque ya hemos dicho que no son habituales, existen posibles complicaciones, como la hiperestimulación del útero, que hace que se produzcan más contracciones de las esperadas o que estas duren más, algo que puede perjudicar al feto. La rotura uterina es muy poco frecuente, al igual que la falta de diuresis o las alteraciones cardiovasculares.