Estar fuera de cuentas y otros casos en los que se necesita un parto inducido
La mayoría de mujeres sueñan con un parto natural y espontáneo pero, en muchas ocasiones, esto no sucede así.
Por razones médicas, muchos partos deben ser inducidos para asegurar el buen estado de la madre y el bebé.
En la mayoría de ocasiones, el parto se produce de forma natural, pero hay otras veces en las que tendrá que ser provocado, tanto para la seguridad de la madre como del bebé. Por eso, hay casos en los que la inducción podrá ser una buena idea y tendrá efectos positivos para ambos.
La mayoría de mujeres desearán dar a luz de forma espontánea, pero hay varias razones por las que el parto inducido será la mejor opción. La indicación médica más importante para que esto se lleve a cabo será que la mujer ya haya salido de cuentas.
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Un embarazo tiene una duración de unos diez meses o cuarenta semanas. Por eso, una vez que se ha excedido ese plazo y la bolsa no se haya roto de forma natural, lo mejor será provocar la salida del bebé. Debido a que normalmente no se conoce la duración real de la concepción, se suele contabilizar a partir del primer día del último periodo. Si se excede la fecha de nacimiento calculada, el embarazo finalizará en términos puramente aritméticos.
Sí que es cierto que tan solo el tres por ciento de los niños suelen nacer en esa fecha exacta, ya que la mayoría vienen al mundo dentro de las dos semanas anteriores y posteriores a la fecha probable de parto (FPP). Por eso, durante las semanas 40 y 42 de embarazo, el médico prestará especial atención al estado del bebé y las revisiones se realizarán más asiduamente.
Por qué se induce el parto
Normalmente, en la segunda mitad de la semana 42, como muy tarde, se inducirá el parto, ya que existe cierto riesgo de que la placenta deje de cumplir sus funciones de forma completa. Además, el bebé puede sufrir de falta de oxígeno, así como de otras deficiencias en su alimentación o problemas circulatorios.
También, serán otras las razones para inducir el parto, como que no se producen contracciones tras la ruptura del saco amniótico o si la madre es diabética. Esto se dará porque los hijos de las mujeres diabéticas suelen ser particularmente grandes, lo que puede llevar a complicaciones en el parto. Además, será recomendado para aquellas mujeres que tengan enfermedades crónicas o agudas, hayan tenido fuerte estrés físico o psicológico o déficit en el abastecimiento del bebé.
En este grupo se incluirá a aquellas madres que deban adelantar su parto por razones personales o porque estén teniendo un parto demasiado prolongado en el tiempo o que se haya quedado estancado. Aunque el bebé determina cuándo quiere nacer, hay varios procedimientos para acelerar el parto. A las mujeres que han llegado a la semana 40 de embarazo, se les recomienda seguir consejos caseros como, por ejemplo, mantener sexo, hacer ejercicio moderado, darse baños calientes, así como distintos métodos naturistas que requerirán supervisión médica.
Cómo se induce el parto
Los procedimientos médicos para inducir el parto serán variados. Durante mucho tiempo se ha estado utilizando la abertura del saco amniótico, aunque últimamente esta práctica se realiza en contadas ocasiones. En el caso de desprendimiento de las membranas, el saco amniótico se extrae a mano del cuello uterino. En aproximadamente el cincuenta por ciento de los casos, el nacimiento comenzará a las 48 horas siguientes. Eso sí, el procedimiento podrá ser doloroso, aunque ofrece la posibilidad de que no sea necesario adoptar otras medidas para provocar las contracciones o inducir el parto. También, se puede administrar un suero para provocar contracciones, a las que a menudo se denomina como “tormenta de contracciones”.
Las ventajas de la inducción al parto
Cabe destacar que las ventajas de la inducción al parto están aumentando considerablemente en los últimos años. Un metaestudio de la Universidad de Stanford ha evaluado numerosos casos de inducción al parto y ha llegado a la conclusión de que en el caso de los bebés "salidos de cuentas" que esperan demasiado tiempo para nacer, los inconvenientes de la espera a menudo superan a los inconvenientes de la inducción.
Eso sí, hay muchos sectores que se oponen a la inducción ya que lo consideran como algo “egoísta”, que deciden hacer las mujeres embarazadas o los profesionales más allá del bebé. Hasta ahora no se ha publicado ningún estudio que hable de la inducción al parto y sus consecuencias tardías, aunque estamos seguros que un parto natural y espontáneo será lo más deseado por la madre.