La lactancia es uno de los momentos más importantes del postparto, pero, también, para muchas puede resultar duro. No se trata de una etapa fácil, ya que pueden surgir distintos problemas, en un cuerpo que todavía se está recuperando de lo meses de gestación y del parto, como pueden ser las grietas en los pezones. Esto, ya doloroso de por sí, se puede ver complicado si el bebé muerde sin querer los pezones de la madre al tomar el pecho.
Este hecho puede suponer un gran bache incluso en las lactancias que ya están establecidas. Además, se trata de algo que es tremendamente molesto y, en algunos casos, se convierte en razón de destete, ya que la madre no puede soportar el dolor. Pero, ¿por qué los bebés pueden morder al mamar?
No existe una única razón y la mayoría de ellos morderán alguna vez en su vida mientras maman. Las causas podrán ser variadas y dependerán de la edad y del momento. Los recién nacidos y los bebés muy pequeños pueden morder, o parecer que lo hacen, cuando todavía no tienen dientes. La razón suele ser un mal enganche al pecho, que hace que, con las encías, se produzcan diversas lesiones en el pezón al intentar extraer la leche.
Cuando los pequeños están bien enganchados, el pezón puede quedar pegado al paladar y la lengua realiza un movimiento ondulante sobre la areola, bombeando la leche, a través del pezón. También, la salida de los dientes será un momento en el que los niños mostrarán más tendencia a morder, ya que algunos pueden estar molestos y, al igual que muerden sus mordedores o los juguetes, pueden hacer lo mismo con el pezón de su madre.
En cambio, cuando los bebés son más mayores, y tienen en torno ocho o nueve meses, sí que es cierto que pueden morder como una llamada de atención. A estas edades, la lactancia se habrá convertido en un acto totalmente mecánico y habitual y, por eso, dejaremos de estar tan pendientes de lo bebés mientras comen. Y, por tanto, ellos suelen reclamar su atención mordiendo.
También, puede ser que el pequeño muerda como una especie de juego, ya que la reacción de la madre puede llegar a divertirles. Sí que es cierto que, también, pueden morder de manera involuntaria y, especialmente, cuando se duermen. Será en ese momento cuando se relajarán y cerrarán la boca de golpe, clavando sus dientes.
Por tanto, es muy posible que la madre esté desesperada y que no sepa cómo hacer para que esto no suceda. Pero, lo cierto, es que podemos encontrarnos con distintos trucos que nos ayudarán a evitar estos molestos mordiscos.
Hay que tener muy presente que la lactancia materna no tiene que doler y lo mejor será que sea disfrutada por las dos partes. Si el pequeño acaba de nacer o tiene pocas semanas es muy probable que se trate de un mal enganche. Para modificar esto habrá que consultar con algún especialista en lactancia materna. Eso sí, en la mayoría de ocasiones se corrige cambiando la postura al dar el pecho y, también, siguiendo unas pautas adecuadas.
Si el bebé es mayor y muerde para reclamar nuestra atención o, también, porque lo ve como un juego, será muy importante ponerle remedio cuanto antes. De esta forma, no conviene hacer muchos movimientos o giros bruscos cuando lo haga, aunque sí que habrá que separarlo y explicarle que es no se hace. También, se tendrá que estar especialmente atento durante las tomas, mirarle y hablarle, para que no tenga necesidad de reclamar nuestra atención.
En el caso de que lo haga de forma involuntaria cuando se va quedando dormido debemos tratar de retirarle el pezón cuando vemos que esto se está produciendo. Muchos niños se quedan dormidos mientras están tomando el pecho y lo mejor será que se saque el pezón cuando estén adormilados. Sí que es cierto que, además de los bebés que les hace gracia aquello de morder el pezón, también habrá otros que les produzca miedo la reacción de la madre y que, por eso, no quieran volver a tomar el pecho.
Será muy importante darles mucho cariño y paciencia para conseguir que vuelvan a engancharse. De la misma forma, será esencial relajarse antes de la toma, hacerle reír, caricias y todo aquello que creamos que puede ayudar. También, es posible que les resulte más fácil mamar por la noche, cuando están más adormilados. Esta negativa a tomar el pecho puede durar unos días o semanas.