Existen determinados alimentos que son especialmente peligrosos para los niños. Así, lo más recomendable, por parte de los expertos, será no dárselos a los más pequeños. Entre ellos están las salchichas. Se trata de un alimento que, a la mayoría de los niños, suele gustarle mucho y no suelen poner ningún reparo en comerlas. Además, serán muy fáciles de preparar, por lo que muchos padres se decantarán por ellas, ya sea para la merienda, la comida o la cena.
Así, se han convertido, desde hace años, uno de los principales aliados para los padres y, sobre todo, para los niños. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que se trata de un alimento que puede ser muy dañino en la salud de los más pequeños y, además, en algunos casos, se puede poner en riesgo su vida.
Las salchichas son ricas en grasas saturadas y sal, dos sustancias que están muy relacionadas con el aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Además, aportan una gran cantidad de calorías, lo que incrementa las probabilidades de desarrollar obesidad. Este será un peligroso factor de riesgo de otros problemas de salud como puede ser la diabetes, las alteraciones metabólicas y la hipertensión arterial. Sin embargo, estos no son los mayores riesgos que entrañan este tipo de alimento.
Según confirma la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria es recomendable evitar el consumo de salchichas en los niños menores de tres años y reducirlo hasta los cinco. Además, aconsejan que, siempre que se ofrezca este tipo de alimento, se haga baja la supervisión de un adulto que pueda actuar rápidamente en caso de atragantamiento. Este riesgo, que es una realidad, se debe a la forma y al diámetro circular de las salchichas, que coincide con el tamaño de la tráquea de los niños pequeños y, sobre todo, si las salchichas se cortan en rodajas.
En estos casos, si los niños no mastican bien las salchichas, estas pueden crear una especie de tapón en la tráquea que obstaculiza el paso del aire, causando asfixia y, además, en el peor de los casos, hasta la muerte. También, como hemos comentado, comer muchas salchichas podrá provocar más riesgo de desarrollar enfermedades potencialmente mortales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha refutado esta idea incluyendo a las salchichas dentro de la lista de sustancias cancerígenas altamente peligrosas, llegándolas a comparar con otros productos tóxicos como el tabaco o el amianto.
Por eso, recomiendan que lo mejor será eliminarlas completamente de la dieta. En el caso de que tu hijo sea muy fan de este tipo de alimento habrá que ir eliminándolas poco a poco. Así, habrá que reducir la frecuencia de consumo y la cantidad de salchichas que comen a la semana y al mes, apostando hasta su eliminación por las variedades más blancas que suelen tener menos ingredientes perjudiciales para la salud.
Cabe destacar que el atragantamiento en bebés y en niños es una de las causas de muerte accidental más común en la infancia. Por eso, será muy importante cortar los alimentos en trozos lo suficientemente pequeños, así como enseñar a los más pequeños cómo masticar bien la comida y evitar que coman mientras salte, corran o jueguen. Entre los alimentos más peligrosos nos podemos encontrar con los caramelos, la carne, los huesos y las espinas. También, habrá que tener especial cuidado con las uvas, las zanahorias crudas, los globos y las pilas.
Según la Asociación Española de Pediatría (AEP), en caso de que veamos que el pequeño se ha podido atragantar, habrá que animarlo a que tosa de forma fuerte antes de comenzar con alguna maniobra. Si esto no funciona y el niño está consciente habrá que observar bien la boca y ver si el objeto está visible y extraerlo. Si no se ve nada en la boca habrá que dar varios golpes en la parte alta de la espalda, entre los omóplatos. En el caso de que no se haya expulsado nada, se le debe dar la vuelta y realizar hasta cinco compresiones torácicas en el centro del pecho.
Este ciclo se deberá repetir tantas veces como sea necesario hasta que el niño expulse el objeto, respire mejor o pierda la conciencia. En caso de que esto último suceda, no habrá que perder los nervios y se deberá llamar al teléfono de emergencias. Aún así, será muy importante que, tanto los padres como quienes estén al cuidado del pequeño, sepan sobre cómo actuar en caso de ahogamiento.