El porteo es un ‘must’ a la hora de llevar a tu pequeño de un lado a otro. De esta manera, los padres están en contacto con su hijo en todo momento, el bebé siente su calor y al mismo tiempo puede observar todo lo que sucede a su alrededor. Pero, ¿cuál es la mejor forma de portearlo?
Lo primero que debes saber es que no valdrá cualquier posición y una de las reglas básicas es que no se debe portear llevando al pequeño mirando hacia afuera. Muchos padres creen así será la mejor forma de que el bebé conozca el mundo, pero esta posibilidad también se podrá llevar a cabo si el pequeño va mirando hacia sus padres o colocado en la cadera, siendo estas las dos posturas más recomendadas para el porteo. Pero, ¿por qué no es recomendable que el bebé vaya mirando hacia adelante?
Hay que saber que la postura que adquiere el bebé al ser porteado hacia adelante es antinatural. La forma natural de la espalda es en forma de C y al tenerlo contra el cuerpo no será posible que esto se lleve a cabo. Lo recomendado es que vaya mirando al porteador, una postura que, además, facilitará la lactancia materna, ya que el bebé tendrá la posibilidad de acceder al pecho de su madre de forma fácil.
Cabe destacar que si el pequeño va mirando hacia afuera pierde el contacto visual con sus padres y podrá hacer que se sienta inseguro.
El cuello del bebé no tiene la fuerza suficiente para sujetarla, por lo que quedará colgando hacia delante sin ningún tipo de soporte.
Además, si el bebé no va porteado contra sus padres, el desarrollo óseo de la cadera no será el más adecuado. Las piernas deberán ir colocadas en forma de M y sujetando la zona del culo. Esta postura hará que se desarrolle correctamente la cadera y, además, previene la displasia.
Habrá que tener en cuenta que la postura hacia al exterior no será lo mejor para la espalda de la persona que portea. La espalda se cargará en exceso, ya que se intentará contrarrestar el peso del bebé, arqueando la columna.