Pie valgo, cavo o equino: los problemas de esta extremidad más habituales en los niños

  • Durante sus primeros años de desarrollo, los niños podrán presentar diversas anomalías en los pies.

  • Es por eso que será común que puedan presentar pie valgo, cavo, equino, varo...

Cuando van creciendo, y a medida que se van desarrollando, los niños podrán presentar una serie de problemas. Estos podrán aparecer en sus extremidades, como es el caso de los pies, que son una de las partes del cuerpo más sensibles y que más se ponen en práctica. Por tanto, las anomalías en los pies pueden darse con bastante frecuencia y, en consecuencia, pueden interferir en el desarrollo psicomotor de los niños.

Por eso, será muy importante que los padres estén pendientes del crecimiento y de la evolución de sus pequeños, ya que, aunque en un principio les cueste andar, es cierto que no será normal que esta situación se alargue en el tiempo.

Sí que podremos encontrarnos con algunos signos que nos harán sospechar que algo no marcha bien, por ejemplo, que el niño camine de forma extraña, que se queje de cierto dolor o molestias, que adopte malas posturas o que no quiera hacer ningún tipo de deporte ni actividad física. En ese momento, tendremos que observar qué es lo que está sucediendo y si se trata de una lesión puntual o de algo más grave.

En cualquier caso y ante la duda, será muy importante acudir a un centro médico y hablar con un especialista, ya que será él quien dé las instrucciones que hay que seguir. Habrá unas anomalías que serán las más comunes y que podrán relacionarse con otras señales anteriores, aunque eso sí, no todas necesitarán un tratamiento. La solución más habitual, en la mayoría de casos, será el uso de plantillas. Es cierto que la mayoría de problemas no necesitarán tratamiento, ya que se atribuirán a complicaciones fisiológicas.

Pies planos

Una de las complicaciones más comunes es tener los pies planos y se da cuando el pequeño no presenta ninguna o casi ninguna curvatura o puente. Esto puede provocar cansancio, dolor al caminar y requerirán el uso de plantillas, aunque tendrá que ser a partir de los cuatro años de edad. Antes de dicha edad, los pies planos serán algo fisiológico y se les denominará pies planos flexibles, aún así, sí que existen distintos tipos de pies planos que necesitarán más atención.

Nos podemos encontrar también con los pies planos patológicos, que limitarán el movimiento del niño y son dolorosos. Esta complicación, que suele aparecer hacia los ocho años, hará que el pie esté bastante rígido, pudiendo necesitar hasta una intervención quirúrgica para poder solucionar esta complicación. Además, será recomendable el uso de calzado ortopédico para poder aliviar las molestias.

Existe una tercera posibilidad: el pie plano valgo, que se trata de un pie anormal con un arco aplanado, un tobillo que parece curvado hacia dentro y un talón que parece que se encuentra hacia afuera.

Pie cavo

El pie cavo será lo contrario al pie plano, ya que se trata de un exceso de curvatura o puente del pie, de elevación de la bóveda plantar. Las deformidades de un pie cavo infantil son flexibles, por lo que el niño se suele adaptar bien al calzado y a la actividad física, sin que sufra de ningún dolor o complicación.

Eso sí, conviene que se utilicen algunas plantillas para acomodar esas partes blandas y eliminar aquellos puntos de presión. En la mayoría de las ocasiones no se producirá un fuerte dolor y no se necesitará ningún tipo de tratamiento, pero sí es cierto que cuando el niño crece, los tejidos y las articulaciones se volverán más rígidas y sí aparecerá cierto dolor y limitaciones.

Pie varo

Debido a una malformación congénita o una mala posición del feto en el útero se puede presentar un antepie aducto. Esto sucede cuando la mitad anterior al pie mira hacia adentro y, habitualmente, se endereza solo. Se necesitará tratamiento cuando se observe una deformidad anormal en el pie con un pliegue cutáneo marcado en la cara medial o, también, si existe una rigidez suficiente que impida la hipercorrección por manipulación. Será un especialista quien tenga que determinar el grado y el tipo de anomalía.

De la misma forma, el niño podrá presentar un pie varo, debido a que el talón y los dedos del pie se apoyan en la parte externa. Esto irá asociado a una lateralización de las piernas y de las rodillas o a otros trastornos del pie. Este tipo de patología sí que necesitará del uso de plantillas para corregir la pisada y, también, se recomendarán distintos ejercicios.

Pie equino

El pie equino se da cuando los niños son pequeños y solamente apoyan las puntas de los pies, sin llegar a poner el talón en el suelo. Además, esto lo harán de manera continuada. Antes de los tres años, esta manera de caminar como si se hiciera de puntillas será algo transitorio y se puede deber a un leve acortamiento del tendón de Aquiles. En estos casos, sí que tendrá que ser diagnósticado para poder ponerle remedio.

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