Durante el embarazo habrá que tener mucho cuidado con todo lo que se ingiere. Esto se debe a que muchos alimentos podrán causar efectos secundarios graves en el feto. Así, siempre se recomendará llevar una alimentación, sana, equilibrada y, sobre todo, habrá que eliminar algunos alimentos que pueden ser especialmente perjudiciales.
Otros, como es el caso del queso parmesano, generarán dudas sobre su ingesta por el riesgo a contraer listeriosis, una enfermedad que no afectará a la mujer, pero que sí que tendrá consecuencias en el bebé. Pero, ¿qué sucede en una intoxicación por listeria?
La listeriosis será una infección que estará causada por la bacteria Listeria monocytogenes y que se suele transmitir a través de algunos alimentos. Sus síntomas serán muy parecidos a los de la gripe, aunque en los casos más graves podrá provocar meningitis o infecciones graves.
Para evitar estas complicaciones, muchos médicos recomiendan no tomar queso que no estén pasteurizados. Sobre todo, deberemos eliminar de nuestra dieta aquellos quesos blancos y que tienen más cantidad de agua. Además, debes saber que todos los productos lácteos que encontremos en el supermercado tienen una etiqueta donde se indica si están pasteurizados o no.
Pero, ¿qué sucede, por ejemplo, con el queso parmesano? Tenemos que saber que el queso parmesano es un queso está elaborado con leche sin pasteurizar. También, será un queso que tenga poca concentración de agua, ya que es muy curado. Es por eso que la presencia de bacterias no será muy probable, pero sí que podrá provocar listeriosis. Además, habrá que vigilar la aparición de moho, ya que tampoco será recomendable para la mujer embarazada.
Si consultamos a un especialista probablemente nos comenta que el parmesano no es un queso que esté desaconsejado en el embarazo, pero sí que se indica un consumo moderado. Aún así, aunque se trate de un queso rico en calcio, lo mejor será consumir muy poca cantidad o eliminarlo por completo de nuestra dieta. Siempre teniendo en cuenta que es mejor prevenir que curar y de los graves efectos secundarios de esta enfermedad causada por la listeria.
Será de vital importancia saber qué quesos están pasteurizados y cuáles no. Como ya hemos comentado, lo más normal será que esto venga indicado en la etiqueta, aunque no siempre será así y dependerá del lugar donde lo compres. Por eso, debes saber que los no pasteurizados serán aquellos que estén hechos con leche cruda.
En nuestro país, los quesos no pasteurizados, además de advertirlo en la etiqueta, deben haber madurado durante, al menos, 60 días. Esta maduración lo que hará será eliminar ese exceso de agua que puede tener y, por tanto, se reducirán las posibilidades de que aparezca cualquier bacteria.
Eso sí, esto no significa que esas posibilidades desaparezcan por completo. Los quesos frescos y blandos, como la mozzarella o el queso de Burgos, no se aconsejarán durante los meses de gestación. Sí que serán más seguros el cheddar, edam, emmental, feta, mascarpone o provolone.