Una de las primeras pruebas a las que se someten las mujeres durante las primeras semanas de embarazo es un análisis de sangre, gracias al cual se tratará de dilucidar el grupo sanguíneo. En esta prueba, se analiza tanto el grupo sanguíneo como su factor Rh, ya que esta información será muy importante durante los meses de gestación, ya que este factor tendrá un papel fundamental en la salud del bebé.
El factor Rh hace referencia a una proteína que se encuentra en algunos glóbulos rojos. Cabe destacar que no todos la llevamos, pero hay personas que sí. Estas son Rh positivas. Las personas que no son portadoras de esta proteína son Rh negativas.
Cuando la futura madre y el futuro padre no son los dos Rh negativos o positivos, esto se denomina incompatibilidad de Rh. Por ejemplo, si una mujer es Rh negativa y un hombre Rh positivo y conciben un feto, este podrá heredar el Rh positivo de su padre. Aproximadamente la mitad de los hijos de una madre Rh negativa y un padre Rh positivo son Rh positivos. La incompatibilidad de Rh no suele ser un problema si se trata de un primer embarazo, debido a que la sangre del bebé no tiene porque entrar en el sistema circulatoria de la madre.
De todos modos, durante el parto, ambas sangres se pueden mezclar. Si ocurre esto, el organismo de la madre identificará la proteína Rh como una sustancia ajena y en algunos casos podrá llegar a fabricar anticuerpos contra la proteína Rh. Una mujer embarazada que sea Rh negativa se puede exponer a la proteína Rh y empezar a fabricar anticuerpos de distinta formas: una transfusión de sangre Rh positiva, un aborto o un embarazo ectópico. Estos anticuerpos no afectarán en ningún momento al bebé hasta que la madre vuelva a quedarse embarazada.
Si la mujer vuelve a quedarse en estado de otro bebé Rh positivo, sus anticuerpos Rh reconocerán las proteínas Rh en la superficie de los glóbulos rojos del bebé como sustancias extrañas. Los anticuerpos de la madre entrarán en el torrente sanguíneo del bebé y atacarán las células que tengan proteínas Rh. Esto podrá hacer que los glóbulos rojos del bebé se hinchen y exploten. Esto se conoce como enfermedad hemolítica o enfermedad Rh del recién nacido. Y puede hacer que en el hemograma del bebé salgan muy pocos glóbulos rojos.
Esta incompatibilidad de Rh se puede tratar. Si una mujer embarazada tiene posibilidades de desarrollar una incompatibilidad Rh, los médicos le proporcionarán dos inyecciones de inmunoglobulina Rh durante los meses de gestación. La primera será alrededor de la semana 28 de embarazo y la segunda se administrará 72 horas antes de dar luz.
La inmunoglobulina actúa como una vacuna e impide que el organismo de la madre fabrique anticuerpos contra el Rh que podrían ocasionar graves inconvenientes al recién nacido o afectar al futuro embarazo. Además, una mujer embarazada también podrá recibir una dosis si tiene un aborto, se somete a una amniocentesis, o tiene cualquier sangrado o hemorragia.
Si el médico percibe que la mujer ya ha podido fabricar anticuerpos Rh, tendrá que seguir muy cerca el embarazo para asegurarse de que la concentración de estos no es demasiado alta. En algunas ocasiones, si la incompatibilidad es alta y el bebé esté en peligro, este deberá recibir una transfusión de sangre especiales que se denominan transfusiones de intercambio o exsanguinotransfusiones. Estas podrán realizarse antes de nacer o después del parto. Las exsanguinotransfusiones aportan al bebé sangre cuyos glóbulos rojos son Rh negativos. Esto estabilizará su nivel de glóbulos rojos y minimizará el daño causado por la presencia de los anticuerpos Rh.
Si no sabes cuál es tu factor Rh, lo mejor será que acudas a la consulta de tu médico para aclararlo lo antes posible e incluyendo un análisis de grupo sanguíneo. Si la hay, cuanto antes se identifique la incompatibilidad Rh, mejor será para la madre y el bebé. Así, se podrá prevenir y aplicar todos los tratamientos necesarios en el momento necesario.
Cabe destacar que el factor Rh es hereditario, por lo que se transmite genéticamente. Los grupos RH negativos pueden donar a las personas de su mismo grupo sanguíneo, tanto si son positivos como negativos, mientras que los RH positivos sólo son compatibles con los positivos. El 85% de las personas son Rh positivas, mientras que el 15% restante son Rh negativas.