Rosanna Zanetti llevaba tiempo queriendo hacer un 'preguntas y respuestas'. "Se lo debía" a sus casi 600 mil seguidores de Instagram. Y después de tantearles y descubrir que el tema que más interés generaba entre sus fans era la maternidad, la mujer de David Bisbal ha contado con pelos y señales su experiencia con Matteo y Bianca Ha comparado sus dos embarazos, ha opinado sobre la lactancia materna, ha hablado de la alimentación complementaria y ha ahondado en su relación con el deporte durante la gestación. Pero si hay algo sobre lo que se ha explayado han sido sus dos partos.
"Tuve dos experiencias de parto muy diferentes, pero ambas muy buenas", ha dejado desde un principio. En ambos casos tuvo parto natural con epidural. Llegó a plantearse no utilizarla, pero después de hablar con otras mamás que forman parte de su entorno vio un acierto aprovechar las herramientas que tenemos a mano para evitar el dolor. Con Matteo no fue consciente de este razonamiento, simplemente lo ejecutó. Pero con Bianca descubrió por qué hay tanto debate al respecto.
"En mi primer parto yo nunca sentí contracciones. No sé por qué, igual tengo una tolerancia al dolor bastante alta. Rompí aguas, me fui al hospital, resultó que ya estaba dilatada y dos horas después de que me pusiesen la epidural di a luz después de ocho minutos literales en el paritorio", ha explicado. De esto, que pronto se cumplirán dos años, guarda un recuerdo precioso. También de su segunda maternidad, con la que el embarazo, por ejemplo, fue mucho más llevadero. Sin embargo, el momento de dar a luz fue completamente opuesto.
Faltaba justo un día para cumplir la semana 40 cuando Rosanna Zanetti comenzó a notar contracciones muy leves. No era capaz de detectar en qué punto se encontraba. Y a pesar de que en un principio siguió las recomendaciones médicas y se quedó en casa, "tras dos horas sintiendo contracciones mi instinto me dijo que debía ir al hospital". Era de noche, tanto ella como David Bisbal, que estuvo a su lado, tuvieron que acceder por urgencias.
"Allí me dijeron que no me veían lo suficientemente desencajada. Pero cuando me examinaron vieron que efectivamente estaba de parto. Tuve mucha razón al escuchar mi cuerpo y mi instinto, sobre todo porque dicen que los segundos partos suelen ir más rápido", ha reflexionado tiempo después. Y así fue.
Cuando le pusieron la epidural, tal y como ha contado en este honesto 'preguntas y respuestas', la dilatación había pasado de cuatro a diez en apenas veinte minutos. "El dolor que yo sentí ahí no lo había sentido en mi vida. No se me va a olvidar jamás", ha confesado, definiendo a las mujeres que deciden parir sin epidural como "de otro planeta". "Fueron tres minutos literal, casi no tuve que empujar, esa niña nació sola2, ha recordado con humor.