La hora de irte a dormir es una de las grandes odiseas a las que te enfrentas cada día por mucho que madrugues y llegues al final del día rendida. Y en esto los pequeños de la casa suelen tener mucho que ver, porque por mucho que vayan al cole, luego tengan actividades extraescolares y tengan que hacer sus tareas parece que su pila es inagotable, y mientras tus ojos ya no pueden más ellos siguen a tope de energía. Por eso mismo es importante instaurar una rutina para irse a dormir pronto con ellos y que duerman las horas necesarias para que al día siguiente estén bien descansados.
El primer paso es establecer una buena rutina para dormir y que los niños duerman las horas necesarias teniendo en cuenta que los peques de la casa necesitan más horas de sueño que nosotros, por eso hay que tirar un poco de matemáticas para saber cuál es la hora ideal para que se metan en la cama. Los menores de 6 años deberían dormir unas 12 horas, mientras que hasta los 12 años baja un poco y tendrían que dormir unas 10 horas seguidas, un horario que disminuye considerablemente en la adolescencia estableciéndose en las 8 o 9 horas de sueño que se suele recomendar.
Es importante que la rutina sea siempre la misma, variándola en vacaciones pero no demasiado para que no pierdan esa costumbre, adaptando según crecen la hora de dormir con su edad. De esta manera, con la rutina establecida, podrán dormir plácidamente y despertarse cada mañana con las pilas totalmente cargadas.
El horario del día puede marcar su hora de irse a dormir, por eso mismo es necesario hacer algo de deporte o tareas que le mantengan activo para agotar toda esa energía que los peques llevan dentro. Pero más allá de esto es necesario que el horario nocturno sea el ideal para que a la hora establecida los niños quieran irse a la cama. Para ello es necesario cenar temprano para luego tener un rato de relax, sin móviles o consolas que los despierten de más, siendo la lectura un gran aliado para conseguir esa relajación y que caigan rendidos ante la almohada.
Sentirse cómodos y seguros en su dormitorio es muy importante para que los niños quieran irse a dormir, por eso es importante cuando ya tienen cierta edad hacerles partícipes de la decoración o de la elección de las sábanas con las que van a dormir. Además, es clave que no haya un ruido excesivo y que tanto en verano como en invierno haya una temperatura adecuada para ellos, por no hablar de la iluminación, siempre adaptada a sus necesidades y a como ellos se sientan seguros para irse a dormir a su hora.
A esto se le debe sumar la importancia de su independencia, de que cada uno debe dormir en su cama y en su habitación, algo un poco complicado cuando son muy pequeños. Es necesario que entiendan que aunque no están en la misma habitación sí que están en la misma casa y que no pasa nada, pues tú estás al otro lado de la pared para cualquier cosa.
Qué cenan los peques, aunque no lo parezca, tiene mucho que ver con su sueño. La cena debe ser ligera y sana, evitando comidas muy copiosas que le dificulten hacer la digestión y, por tanto, conciliar el sueño. Y cuidado con el azúcar, que se puede convertir en un gran enemigo a esas horas al excitarlos de más, así que mejor racionalizar su consumo a partir de cierta hora. Además, si beben algo antes de irse a la cama mejor será que pasen por el baño antes de acostarse, ya que en unas horas podría aparecer el pipí para interrumpir su sueño.