Saber el sexo del bebé será una de las cuestiones que más se pregunten los padres. Normalmente, hasta que no llegue la ecografía definitiva donde se pueda saber si es niño o niña, los progenitores podrán hacer sus elucubraciones y, también, recurrir a otros métodos, aunque deben saber que no tienen ninguna base científica.
Entre estos métodos nos podemos encontrar con la tabla maya, la tabla china o el calendario lunar. También, habrá otras técnicas con respaldo científico como el análisis de sangre, la amniocentesis y las ecografías, que sí que proporcionarán una respuesta segura sobre el sexo del pequeño.
También es posible que hayas oído hablar del método Ramzi, que está basado en la posición de la placenta y, gracias a este, se supone que se podrá conocer el sexo del bebé en las primeras semanas de embarazo. Pero, ¿de qué trata este método? ¿Es fiable?
El nombre de este método proviene del ginecólogo que lo descubrió, el Dr. Saad Ramzi Ismail, quien aseguró que podía conocer el sexo del bebé incluso antes de la primera ecografía. Esto, según sus propias palabras, lo lograría con un 97 por ciento de fiabilidad, aún sin ver sus genitales. La clave se encuentra en la posición de la placenta respecto al feto y en el emplazamiento de las vellosidades coriónicas que forman parte del tejido que conforma la placenta.
Para confirmar o desmentir este método, se realizó un estudio en ObGyn.net, con los resultados basados en la observación de las ecografías realizadas a más de cinco mil embarazadas, en las cuales a un 22 por ciento se les practicó una ecografía transvaginal a las seis semanas de gestación. Así, se encontró que más del 97 por ciento de los niños presentaba la placenta o las vellosidades coriónicas en el lado derecho del útero, mientras que el 97,5 por ciento de las niñas, la tenían a la izquierda. Más tarde, en una ecografía transabdominal, se confirmó el sexo de los bebés en un 98 y 99 por ciento de los casos.
Según el experto, su método se debe a la polaridad de los cromosomas. Así, la membrana del óvulo femenino tiene una polaridad alterna, es decir, puede aceptar o rechazar el cromosoma X o Y del espermatozoide. De esta manera, el embrión con cromosomas XX se instala en las vellosidades coriónicas de la izquierda. Además, el embrión con cromosomas XY se orienta hacia el lado contrario. Eso sí, será muy importante señalar que no se debe confundir la ubicación del bebé con el emplazamiento de la placenta.
La lateralización de la que habla el Dr. Ramzi se identificaría en el caso de las ecografías transvaginales, ya que en el caso de las ecografías transabdominales la ubicación de la placenta, que se identifica como una zona brillante, deberá interpretarse en espejo. De esta forma, parece un método fiable, pero, aún así, los médicos suelen ser bastante escépticos sobre esta teoría, ya que no hay ninguna evidencia científica que lo respalde. Además, habrá que tener en cuenta las malformaciones uterinas, el útero bicorne y otras malformaciones que podrá presentar la placenta.
Por tanto, dado que no ha podido confirmarse que existe una alta probabilidad de predecir el sexo del bebé basándose en la posición de la placenta, lo más recomendable será esperar a que el médico, a través de una ecografía, confirme el sexo del bebé. Eso sí, podrás utilizar este método, si quieres, para saber si, de verdad, coincide con el resultado final. Pero, lo cierto, es que los únicos métodos fiables para conocer el sexo del bebé son la analítica de sangre o la prueba prenatal no invasiva, así como el análisis de las vellosidades coriónicas.
También, gracias a la amniocentesis se podrá saber el sexo del bebé. Esta prueba consiste en extraer una muestra del líquido amniótico que rodea al bebé para analizar el ADN fetal y conocer el sexo del bebé. Aunque será la ecografía el método más extendido, eso sí, no siempre se podrán observar los genitales del bebé con la precisión necesitada para determinar el sexo y, por eso, en algunos casos podrá llegar a fallar. Sea como sea, lo mejor será hacer caso a aquellas pruebas que estén refutadas científicamente y, también, recomendadas por el especialista.