Una de las preguntas que se hacen los padres, tras el parto, es cuándo comenzará a ver su bebé. Muchos de ellos piensan que sus hijos todavía no ven y que nacen sin ningún tipo de visión, pero esto no es así. Es en la semana 26 de gestación cuando los ojos están listos para comenzar a ver. Por tanto, cuando damos la bienvenida a nuestro pequeño este ya puede ver correctamente. Obviamente no lo hará cómo lo hace una persona adulta, todavía le quedará mucho por desarrollar. Eso sí, verán todo, relativamente bien, que no esté a mucha distancia, como a una distancia entre 20,3 y 30,5 centímetros. Esta será, curiosamente, la distancia que hay entre los ojos del bebé que está tomando el pecho y la madre que amamanta.
También, esta puede ser una solución para reclamar atención. Cuando sus cuidadores se alejen es normal que el bebé no los vea y no note su presencia y comience a llorar. Cuando le cogen en brazos, el pequeño verá con más exactitud la cara de sus familiares y se sentirá más aliviado. Lo que sí tienes que saber es que tu bebé te verá cuando estés cerca, en el momento en el que te alejes comenzará a buscarte con los ojos. Por eso, muchos bebés llegan, incluso, a ponerse bizcos, tratando de enfocar las cosas de manera separada con cada ojo. En estos casos, muchos padres suelen asustarse. Pero cabe destacar que no habrá que preocuparse en exceso y que será algo totalmente normal. Si esto persiste en el tiempo sí que habrá que consultarlo con un profesional.
A medida que el niño va creciendo y que su visión va mejorando, aprenden a enfocar en un mismo punto los dos ojos a la vez. Así, estos dejarán de colocarse asimétricamente. Esto sucede a partir del segundo o tercer mes desde su nacimiento. Eso sí, como ya hemos comentado, si seguimos viendo que los ojos funcionan de forma independiente habrá que consultarlo con un especialista porque puede tener estrabismo.
Respecto a si los bebés ven en color o en blanco y negro, lo cierto es que lo hacen en color, aunque no ven bien todos. En algunas pruebas realizadas a niños se ha comprobado que cuando les pones colores contrastados, como el blanco y el negro, los saben diferenciar bien. No sucede lo mismo con aquellos tonos de una gama parecida, ya que apenas los diferencian. Eso sí, cada vez que pasan las semanas suelen verlos mejor.
Un recién nacido podrá percibir los cambios de intensidad de la luz. Así, será consciente de los destellos, reflejos y podrá fijar puntos de contraste. Podemos comprobarlo con los movimientos que el bebé hará, ya que girará la cabeza hasta los focos de luminosidad. También, sus pupilas se contraerán cuando sean iluminadas. Además, el recién nacido será capaz de ver objetos en una extensión de veinte a treinta centímetros y, probablemente, en una escala de blancos a grises, pasando por el negro. Será a los dos meses de edad cuando realmente muestre interés por aquellos objetos alargados y diferenciados en cuanto a color y luminosidad. Se piensa que uno de los colores que más les atrae, durante esas primeras semanas de vida, es el rojo.
Ya en el segundo mes de vida seguirá con un movimiento lento de los ojos y, ahora, podrá percibir el contorno de los objetos. Además, esto se añadirá a un mejor manejo de la cabeza, ya que ya se habrán fortalecido esos músculos. Es a partir de las diez semanas cuando se ha producido un avance notable en la capacidad visual del bebé y que se materializará al descubrir sus manos. Eso es así porque ahora será capaz de percibir correctamente los detalles más pequeños y podrá enfocar a casi cualquier distancia. Entre los tres y los cuatro meses se produce un aumento del control muscular del ojo que le permite al bebé seguir los objetos. Además, le permitirá diferenciar los objetos que tengan un fondo con un mínimo contraste.
Entre los cuatro y los seis meses, la visión del color se desarrolla. Así, reconoce los objetos y los busca con la mirada y es capaz de ver con más distancia. A partir de los siete meses ya podrá mirar fijamente los objetos pequeños y tendrá una percepción de profundidad. Ya podrá observar todos los colores y poco a poco será capaz de seguir aquellos objetos que se mueven con más rapidez. A través de la mirada se producirá el principal intercambio entre el bebé y su entorno.