¿Qué es el hipnoparto y en qué se diferencia del convencional?

Aunque en España es una técnica casi desconocida, el hipnoparto es muy utilizado en otros países y, al parecer, es una terapia de moda que interesa a celebridades como Kate Middleton, Jessica Alba, Miranda Kerr o Angelina Jolie. La duquesa de Cambridge fue una de las primeras en hablar públicamente del hipnoparto, asegurando que tras unos embarazos complicados debido a la hiperémesis gravídica (vómitos constantes e incontrolables), encontró en el hypnobirthing la relajación que necesitaba para afrontar el parto. 

Este término, hypnobirthing, fue acuñado en 1989 por la hipnoterapeuta Marie Mongan en su libro HypnoBirthing: A Celebration of Life, en el que hablaba de cómo llevar a la embarazada a un estado de relajación capaz de aliviar el miedo que se siente ante el parto. Sus planteamientos están influenciados por Dick-Read, un obstetra inglés que ya en los años 40 elaboró una teoría asociada al parto denominada “síndrome del miedo-tensión-dolor”. En ella exponía que el miedo a experimentar dolor durante el parto genera una tensión, tanto psíquica como muscular, que perjudica el proceso de dilatación y provoca dolor. 

Es una terapia en la que se realizan técnicas de relajación e hipnosis que permiten que las mujeres experimenten el parto con menos dolor y de una forma más natural. El punto de partida está conectado con la teoría de Dick-Read, y no es otro que asegurar que el miedo, la tensión y la ansiedad de la madre (sobre todo si es primeriza) son las principales causas de los dolores de parto. Si las expectativas sobre el parto son positivas, la experiencia del mismo no será traumática. 

El hipnoparto se desarrolla con tres técnicas: respiración controlada, palabras y pensamientos positivos y una visualización guiada. Con estas técnicas se pretende que la futura mamá viva el momento con plena consciencia, al tiempo que está relajada. Al mismo tiempo, será capaz de liberar endorfinas para tener el estrés bajo control y poder controlar el dolor. Desde este estado, el cuerpo no va en contra del proceso de parto, sino que es puede centrarse al 100% en el nacimiento del bebé. 

Aunque no hay duda acerca de la importancia que tiene reducir el miedo y la ansiedad frente al parto para convertirlo en una experiencia positiva, lo cierto es que el hipnoparto no garantiza que vaya a ser sin dolor. Con todo, hay estudios que aseguran que cuando se utiliza esta terapia se reduce el uso de la anestesia epidural y otros analgésicos. También afirman que las mujeres que utilizan el hipnoparto tienen alumbramientos más cortos y que se sienten más satisfechas durante todo el proceso. Además, al parecer, se reduce la necesidad de utilizar fórceps o de realizar una episiotomía. 

Sin embargo, no todos los profesionales en medicina están tan de acuerdo con estas afirmaciones, ya que aseguran que los estudios realizados hasta la fecha son insuficientes, por lo que es pronto para hablar de evidencias científicas. Según estos expertos, habrá que seguir investigando y llevando a cabo estudios que nos proporcionen certezas a la hora de hablar del hipnoparto.