María Adánez e Ignacio Hernández Medrano están en una nube desde que llegó al mundo el pequeño Claudio. La actriz y el neurólogo están disfrutando al máximo esta nueva etapa de sus vidas como padres primerizos. Fue el pasado 18 de mayo, “días antes de lo previsto”, cuando la intérprete dio a luz por cesárea a su bebé. Desde entonces ha compartido con su legión de seguidores, aquellos que la han “acompañado durante todo el embarazo”, sus primeras experiencias e impresiones como mamá primeriza.

Dar el pecho puede convertirse en una ardua tarea que puede llevarte a tirar la toalla si no se dispone de la información necesaria, y eso es lo que le pasó a la protagonista de nuestra noticia hasta que se puso en manos de su “ángel de carne y hueso”. La madrileña compartía una foto de su matrona y asesora de lactancia, Álex, a la que agradecía infinitamente su profesionalidad. Esta sanitaria llegó a casa de la pareja la primera noche tras su salida del hospital, cuando los sentimientos de la familia aún estaban a flor de piel. María estaba “dolorida, muy dolorida”, con “una pseudomastitis que ni te cuento, césarea en vena, cuerpo apaleado, progesterona de vacaciones y las emociones a la virulé”.

“Están muy bien los cursos de preparación al parto, pero ¿por qué no hay cursos de preparación al posparto, llegada a casa y la lactancia? ¿Los hay? Lo desconozco”, se preguntaba Adánez tras confesar que, más allá de su estado físico, se encontró en la tesitura de que su bebé quería mamar y ninguno de los dos sabía “muy bien cómo hacerlo”.

“Es duro, muy duro. Si no la hubiera tenido a ella, seguro que hubiera abandonado dar el pecho, me dolían demasiado. Si no la hubiera tenido a ella, la lactancia no hubiese sido placentera porque no lo es desde la desinformación, los miedos y el dolor”, reconocía la importancia de su oficio. También destacaba el papel de Claudio, todo un “campeón” al que pudimos conocer en redes hace tan solo unos días.

“Enhorabuena porque fuiste resolutiva muy pronto. Yo tardé un mes en buscar ayuda y poder disfrutar de la lactancia. Llevo justo un año y al final mereció la pena”, aplaudía su familia virtual que hubiese sido tan previsora, ya que otras seguidoras han admitido que acabaron rindiéndose al desconocer este tipo de profesionales que te asesoran y guían en este vínculo afectivo entre madre e hijo.