Cómo portear a un recién nacido de la forma más segura posible
El porteo es un sistema para llevar al recién nacido respetuoso con su desarrollo físico y emocional.
Además, resulta my cómodo para los padres y madres, además de permitirles llevar consigo a su bebé en cualquier momento.
Se trata de un sistema seguro, siempre que sigamos las pautas que garantizan el bienestar del bebé.
El porteo del recién nacido es más que una alternativa ocasional al carrito de bebés. Para muchas madres y padres es la opción principal a la hora de llevar consigo al bebé y se trata de un sistema que puede ser muy satisfactorio tanto para el niño como para quien lo lleva.
Hablamos del llamado “porteo ergonómico”, que favorece el apego y el contacto del bebé con su progenitor, facilita la lactancia materna, permite libertad de movimientos al porteador y respeta el desarrollo físico del recién nacido, entre otros muchos beneficios.
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Coger a nuestro pequeño en brazos es un gesto natural que podemos aprovechar al máximo gracias al porteo, pero que ha de hacerse siguiendo unas pautas determinadas y no de cualquier manera. Portear correctamente no solo es seguro, sino que ofrece, tal y como hemos dicho, beneficios para el porteador y para el bebé.
Lo cierto es que la gran mayoría de portabebés que puedes encontrar a día de hoy en el mercado son seguros, y bien utilizados no entrañan ningún riesgo, ni para el bebé ni para quien lo lleva. Pero es importante conocer las claves, tanto para elegir un buen portabebés, como para que el niño vaya en la postura correcta.
Los principales tipos de portabebés
Existen mucho tipos de portabebés, pero estos son los más utilizados:
- Mochilas: son muy cómodas y las más vendidas. Se adaptan al crecimiento del niño y su principal desventaja es que no están recomendadas para los recién nacidos, aunque muchas marcas incluyen ya un adaptador para esta primera etapa.
- Fular: una opción también muy popular. La principal desventaja es que hay que aprender a hacer bien los nudos, pero tiene a su favor que se adapta muy bien al crecimiento del bebé y es el más económico.
- Bandolera con anillas: es una tela larga con anillas en los extremos para proporcionar un buen ajuste. El bebé puede ir tumbado, por lo que es muy práctica para la lactancia. Deja de ser cómoda conforme el niño va creciendo.
Elegir un portabebés adecuado para la edad del niño
En primer lugar debemos asegurarnos de que el portabebés sea el adecuado para la edad del niño. No debe quedarle ni grande ni pequeño, así que podemos optar por uno evolutivo que se adapte a las diferentes etapas de crecimiento del bebé. Además, debe ser ergonómico y cumplir los siguientes requisitos:
- La espalda ha de ser blanda, sin ninguna rigidez, para que se adapte a la curvatura natural del bebé.
- Debe garantizar la sujeción del cuello del bebé sin necesidad de que utilicemos nuestras manos para ello.
- El portabebés ha de ajustarse al bebé, y no al revés, para que vaya bien sujeto en cada punto.
La postura correcta durante el porteo
Esto es, sin lugar a dudas, lo más importante. La columna vertebral del bebé tiene una curvatura en forma de C que debe respetarse cuando va en el portabebés. Para ello su peso debe recaer sobre el portador, de manera que el bebé no fuerce su cuerpo y se favorezca el contacto piel con piel.
Facilitar la respiración del bebé
Es fundamental que el bebé tenga acceso al aire en circulación en el rostro y que las vías respiratorias estén libres, también en invierno. Te ayudará mantenerlo en todo momento a la vista, a la altura de tu boca.
La posición del bebé
El bebé ha de poder sentarse con las piernas abiertas 45º. Las rodillas han de permanecer flexionadas y por encima de la cadera, en posición de “ranita”. De esta forma el peso recae sobre el culito del bebé y el cuerpo del porteador. Si la posición es la correcta y el tamaño del portabebés el adecuado, el bebé no se desplazará de manera accidental.
Por otra parte, el bebé no debe mirar hacia fuera para no curvar hacia atrás su columna y para que no reciba un exceso de estimulación.