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Los últimos acontecimientos han metido el miedo en el cuerpo a Nuran. Hay alguien en la mansión de los Atahan que sabe todo lo que han hecho, tanto el intercambio de hermanas como la muerte de Yusuf. Parece que esa misteriosa persona está dispuesta a contarlo o al menos eso les está dando a entender a los Demirci. Ya son varias las amenazas que les ha hecho llegar: un sobre con parte del trillón de liras que Efsun pidió a Mehmet Emir, un paquete para Bahar con una nota en la que le revelaba su identidad, una pintada en la puerta de su casa y una llamada de teléfono del propio Yusuf con un mensaje claro: “No estoy muerto”.
Estos mensajes llevan a Nuran a tomar una decisión drástica. “Tenemos que trasladar la tumba del señor Yusuf. No nos queda otra. Efsun se volverá loca. Sakine hace muchas insinuaciones. Un día aparecerá con una pala y se pondrá a cavar sin que nos demos cuenta. Mientras la tumba de ese señor esté en esta casa no podemos respirar tranquilos”.
Aunque Ilyas no está por la labor de hacerlo, su mujer se vuelve de lo más convincente: “No me hagas hacer esto sola. Solo hay dos salidas: o Efsun se vuelve loca y nosotros acabamos pudriéndonos en la cárcel porque alguien encuentre el cadáver en el jardín o si no, trasladamos la tumba. Tú eliges”. Así que, pico en mano, İlyas remueve la tierra del jardín con el propósito de sacar los restos del padre de Hasret. ¿Conseguirán cambiarlos de ubicación sin que nadie se entere?
Sin que ella lo sepa, Bahar está más cerca que nunca de descubrir que la vida que ha llevado hasta ahora ha estado cubierta de mentiras. Por ahora su mayor preocupación es Ateş. Aunque no ha conseguido perdonarle por completo, lo cierto es que su estado estas últimas semanas no ha sido el mejor. El abogado está descubriendo cada vez más cosas sobre el pasado de su padre con el patriarca de los Atahan y no sabe a quien creer y quien está tratando de utilizarle.
En la mansión tampoco se vive un día tranquilo. El comportamiento de Arda está haciendo pensar a Efsun que puede ser el autor de las amenazas que ella y su familia están recibiendo. Por otro lado, la convivencia con la madre de Asim está desesperando a Hülya, acostumbrada a convivir con gente de otro nivel económico. Y Fulya sufre en silencio (con la complicidad de Edibe) el acercamiento de su marido a su gran amor, Hasret. Todas las historias están más interesantes que nunca. Si no quieres perderte cómo continúan cada una de ellas, tienes una cita con ‘Me robó mi vida’. De lunes a viernes a las 23:00 horas, en Divinity.
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