Si algo tiene el verano, es la posibilidad de lucir outfits más relajados donde la sencillez puede tornarse en sofisticación gracias a los pequeños detalles. Aunque es el momento de guardar los abrigos y chaquetas, dos de los grandes puntos clave en los estilismos invernales, eso no significa que no se pueda recurrir a opciones más fresquitas cuando aprieta el calor. Y es precisamente ahí donde entra en juego el kimono.
Estamos ante una prenda con siglos de historia que, como todas las tendencias, ha tenido sus momentos de mayor y menor popularidad pero que siempre se ha mantenido como fondo de armario. El 2010 y 2018 fueron dos momentos muy buenos en los que se popularizó todavía más gracias a su presencia marcada en firmas como Gucci, Etro o Missoni, quienes se encargaron de integrarla en looks de día y noche.
Ahora vuelve a vivir una época de esplendor en sus versiones más hippies y glamurosas y a diferencia de años anteriores, se lleva en su versión más larga, casi hasta los pies y aderezado con pequeños botones en la zona del pecho, como si fuese un vestido. También se ha visto con finos lazos y aberturas, siempre bajo un aura de delicadeza y feminidad. Es más, podríamos decir que los kimonos son los nuevos blazers de verano, y se llevan así.
Durante los cálidos días de verano se convierten en una elección perfecta, ya que añaden un toque bohemio y chic a cualquier conjunto. Para un look diurno, una opción que no falla estaría compuesta de un kimono ligero y fluido con unos shorts de mezclilla o unos jeans oversize junto con una camiseta básica. Una opción ideal para una tarde relajada en la playa o un paseo por la ciudad. Añade unas sandalias cómodas, un sombrero de ala ancha y accesorios sutiles para completar el estilismo.
No hay que olvidar que los colores brillantes como el amarillo, el turquesa o el coral pueden realzar tu bronceado y darle vida a cualquier prenda. Si prefieres algo más sutil, los estampados geométricos en tonos neutros son una opción elegante y versátil que puedes combinar fácilmente.
Los kimonos también pueden ser una excelente opción para las noches de verano. En este caso es muy acertado apostar por los diseños que contengan algún detalle que aporte un resultado más elaborado como un bordado, encaje o incluso alguna transparencia. Combínalo con un vestido ajustado o una falda midi, y elige colores que contrasten con el kimono para resaltarlo todavía más. Remata con unos tacones altos y accesorios con fuerza, como unos pendientes largos o un collar XXL, para dar con un outfit de noche impactante y sofisticado.
Cada vez son más las que se decantan por lucirlos en eventos más formales. Y es que una de las ventajas de los kimonos es que se pueden superponer sobre otras prendas, lo que añade profundidad y dimensión a tus conjuntos y conferirles un toque renovado a los outfits de invitada en los que se reutiliza alguna prenda. No te lo pienses dos veces a la hora de jugar con diferentes texturas y capas para configurar looks interesantes. La clave reside en equilibrar los tejidos y colores para que no se vea demasiado recargado.
Ya sea que optes por un look casual de día o por un conjunto más sofisticado para la noche, los kimonos agregarán un toque de estilo y elegancia a tus conjuntos estivales. Así que no dudes en incorporarlos a tu vestidor y disfrutar de su encanto durante la temporada de primavera-verano.