El armario de Melania Trump en la Casa Blanca: del sastre al vestido camisero, el nuevo estilo de la primera dama

Tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, Melania Trump, de soltera Knauss, volverá a la Casa Blanca con un imponente armario renovado del que ha dejado claras, con solo algunas pinceladas, sus preferencias por la alta moda europea.

Pocas firmas confirman o desmienten, pero es evidente que la mujer que pronto se convertirá en primera dama no quiere ni oír hablar de aquellos diseñadores americanos que, en la anterior legislatura de su marido, declinaron vestirla.

Más allá de su lenguaje corporal, descontrolado en algunas ocasiones, la exmodelo ha encontrado en la ropa un canal de comunicación que dice tanto o más que sus miradas, sus sonrisas heladas o su hierático rictus. Durante la campaña electoral no se la ha visto arropar demasiado a su marido y, de hecho, ha estado prácticamente ausente hasta el mes de julio, el momento en que se confirmó la candidatura a la presidencia de Donald Trump en la Convención Nacional Republicana.

Dio la mano de su esposo, le besó en la mejilla y más afectuosa y sonriente que en otras ocasiones, Melania sentaba las bases del que parece haberse convertido en su nuevo estilo con un sastre de Dior que, más allá de resultar indudablemente elegante, está cargado de simbología.

Lo cierto es que la cabeza de Melania es un misterio, tal vez por eso ha conseguido que sus memorias se hayan convertido en un ‘best seller’. Apoya a Donald Trump y al mismo tiempo habla abiertamente del derecho al aborto, aunque durante estos días ha conseguido que se hable más de su ropa que de sus ideas políticas.

El traje sastre de Cristian Dior

De rojo y con un traje sastre de Dior al más puro ‘new look’ llegaba Melania a la Convención Nacional Republicana luciendo con un modelo reciclado de su viaje a París en 2017. El conjunto estaba formado por una chaqueta de hombros marcados y cintura ajustada, que combinó con falda midi de corte recto y fue la última aparición en la que la exmodelo lucía el color corporativo del partido republicano.

La elección confunde y es que, más allá de su apuesta por repetir modelito, para un sector de la sociedad “el new look es como tener un pájaro en una jaula de oro” -como a finales de los 40 lo definió la diputada laborista Mabel Ridealgh- mientras que para otro, es un modo de marcar diferencias entre clases. Melania eligió el zapato que, dadas las circunstancias, mejor puede dar réplica a su traje sastre, unos altísimos salones rojos de tacón firmados por Christian Louboutin.

El vestido ‘animal print’

Después de aquel rojo vibrante de Dior, el color parece haber salido de la vida y del armario de Melania, que ha optado por el blanco, el negro y el gris para apoyar a su esposo en su carrera hacia la Casa Blanca. Lejos de ser aburrida, ha sabido sorprender con algunas de sus apuestas, como el ‘animal print’, porque si Michelle Obama (a quien copió algún discurso) apoya a Kamala con un sastre de leopardo, ella da la réplica apoyando a su marido en su último acto de campaña con vestido tipo abrigo con estampado de cebra. Un modelo de cuerpo ajustado a la silueta con falda evasé que combinó con sus inseparables zapatos de salón de tacón altísimo.

El vestido camisero

Otro look de Dior fue el elegido para ir a votar al Centro Recreativo Mandel. La pareja depositó su voto en Palm Beach, Florida, de ahí que no sorprenda que eligiera un vestido camisero de manga corta con fondo negro y lunares blancos. Lo que si fue una sorpresa es que, en un momento tan simbólico, volviera a elegir un modelo de la firma parisina que ya había lucido en una entrevista para la televisión en la que habló de su libro. En esta ocasión, además de sus Louboutin, completó el look con unas gafas de sol de tamaño XL.

El traje sastre de la victoria

Cerramos el capítulo del nuevo armario de Melania con un look en la misma línea del sastre rojo, el dos piezas que ha elegido para celebrar la victoria de su esposo, aunque en esta ocasión ha apostado por un traje de lana que si no es de Dior, está perfectamente replicado. Se trata de un conjunto de color gris en el que se repite el patrón 'new look' de la chaqueta, la falda lápiz y el zapato de salón de tacón altísimo, aunque esta vez los llevó de color negro.

La elección del color gris la aleja de cualquier estridencia del armario que la esposa de Trump luciera en su anterior etapa como primera dama, cuando los tonos más brillantes del Pantone se convirtieron en sus favoritos. Discreta, pero imponente, haciendo ver que quiere estar en un segundo plano, pero sin querer pasar desapercibida en ningún momento.

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