El pasado lunes de Pascua, a primera hora de la mañana, se comunicaba el fallecimiento del papa Francisco, una noticia que era recibida con cierta sorpresa, a pesar de su delicado estado de salud, y a la que numerosos mandatarios de todo el mundo reaccionaban con tristeza.

Hoy, sábado 26 de abril, el papa Francisco es despedido en la Ciudad del Vaticano, en una ceremonia solemne marcada por la presencia de líderes políticos y monarcas de todo el planeta. España ha estado representada por algunos miembros del Gobierno y la oposición, así como por los reyes Letizia y Felipe VI, que llegaban al servicio religioso al rededor de las 9:30 de la mañana.

La reina apostaba por un sobrio look, el mismo que eligió para el funeral de Fernando Gómez- Acebo, compuesto por un vestido negro de tweed de largo midi con detalles desflecados, de cuello redondo y manga francesa, que ha combinado con unos sencillos zapatos de salón. En esta ocasión, la reina ha optado por cubrirse con una mantilla de encaje negro.

La reina ha elegido dos complementos para completar su look, un bolso de Armani y una joya muy especial, el broche de La Peregrina. Este broche, que perteneció a la infanta Isabel y luego pasó a la reina Victoria, pertenece a las joyas de pasar que la reina ha heredado de la reina Sofía.

El rey Felipe VI y la reina Letizia se apresuraron a enviar sus condolencias en su nombre, el del Gobierno y el del pueblo español, haciendo especial mención a la labor que ha realizado Bergoglio durante sus años de papado: "Ha dado testimonio a lo largo de su pontificado de la importancia que para el mundo de nuestro siglo tienen el amor al prójimo, la fraternidad y la amistad social. Nos seguirá inspirando siempre su convicción de la necesidad de llevar ánimo y consuelo a los más pobres y necesitados y la importancia que concedió al diálogo y al consenso para lograr un mundo más justo y solidario. Ante el dolor por su pérdida, la Reina y toda la Familia Real se unen a mí para trasladar a toda la Iglesia Católica, nuestro pésame y nuestro afecto, así como nuestras oraciones por su descanso eterno".

En la mañana del martes 22, el propio rey junto a Letizia y Sofía, acudían a la Nunciatura Apostólica de España, en Madrid, para firmar en el libro de condolencias en un texto en el que han destacado que la figura y personalidad irrepetibles del Papa Francisco trasciende su dimensión eclesiástica, declarando su admiración y respeto por su total entrega a la tarea evangélica hasta su último aliento. Ese mismo día se confirmaba desde Zarzuela la asistencia de los reyes al funeral del pontífice.

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