Después de dos años de parón por su cancelación en 2020 debido al estallido de la pandemia, el Festival de Cannes ha extendido de nuevo su alfombra roja para celebrar su 74ª edición por todo lo alto. En su ceremonia de apertura actrices, modelos y personalidades del mundo del cine se reunían a las afueras del Palais des Festivals para deleitarnos con sus impresionantes looks. También han dado pistoletazo de salida las fiestas que acompañan a este certamen francés de cine, como la exclusiva cena que organizó Chanel en la segunda jornada del festival. Una velada que tuvo lugar en la playa privada del restaurante Bijou Plage, y en la que acudió la embajadora de la firma, Carlota Casiraghi, que brilló a su llegada con un impresionante vestido semitransparente de la precolección primavera/verano 2021.
La nieta de Grace Kelly escogió un diseño de algodón y mezcla de fibras con acabado florar multicolor que cuesta 7.940 euros. Un modelo de corte recto que combinó con un bolso de mano acolchado con acabado metalizado en dorado, unas sandalias con cuñas blancas de tiras y dos braceletes dorados. También a analizar el peinado elegido para este acto tan especial. Carlota apostó por un semirrecogido con una trenza boxeadora y unas ondas suaves pero marcadas que desenfadaba con acierto su estilismo.
Junto a ella, en todo momento, se encontraba su marido, el productor de cine Dimitri Rassam, que también tiene un fuerte vínculo con Cannes al ser hijo de Carole Bouquet, maestra de ceremonias del festival hace 26 años, y de Jean-Pierre Rassam, productor de varios largometrajes proyectados en este prestigioso acontecimiento cinematográfico.
Carolina de Mónaco y su hija asistían el pasado fin de semana al Concurso Internacional de Salto de Montecarlo, donde sin eclipsarse la una a la otra, han derrochado estilo. Junto a ellas, y después de un tiempo sin hacer ninguna aparición pública, estuvo otro miembro de la familia real monegasca, Raphaël, el primogénito de Carlota, que ya tiene siete años.
Para este día, la princesa seleccionó un elegante mono con escote en forma de V de color blanco roto firmado por la casa Halston. La hermana de Alberto de Mónaco completó su look con unas sandalias de tacón con detalles metalizados y llamativas joyas. La princesa de Mónaco tampoco se quedó atrás y confió en Chanel, su firma fetiche, con un vestido bicolor de corte midi con estampado de la maison, en blanco y negro haciendo aguas y perteneciente a la misma precolección. Fiel a su estilo, Carlota siguió la máxima de ‘menos es más’ y, más allá de su vestido, tan solo unas sandalias negras bastaron para que brillara.