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El entretiempo es sinónimo de puente entre estaciones y por eso mismo lo es también de cambio de armario. Por un lado, esto nos emociona porque redescubriremos esa ropa que lleva al fondo del armario en bolsas, en maletas o en el trastero prácticamente medio año, pero esa sensación dura más bien poco y enseguida esas tres palabras retumban en nuestros oídos dejando paso a un tremendo agobio por la que se nos viene encima, porque parece imposible saber cómo organizar el cambio de armario.
Pero eso que es prácticamente una utopía puede convertirse en realidad. Sí, podemos ser capaces de saber cómo organizar el cambio de armario. Y es que, tal y como indica la frase, todo es cuestión de organizarse. Aunque más bien de tomar aire, relajarse, no obcecarse y pensar positivamente. Visualizar la meta: un armario transformado a la nueva temporada pero perfectamente colocado.
Conseguirlo es un reto pero solo es necesario seguir una serie de claves y trucos que nos harán la vida más fácil y que harán que el día dedicado al cambio de armario sea lo más provechoso posible. Y lo más importante: que no terminemos desesperada o procrastinemos el momento teniendo la casa llena de montones de ropa por todas partes durante días.
A pesar de que esto parezca el principio del caos, es lo primero que hay que hacer para saber por dónde empezar. En este sentido, el primer paso que ha de darse es vaciar por completo el armario con la ropa de la temporada pasada. Esta será la única manera en la que podremos realmente organizar la ropa para guardarla y la nueva para colocarla.
Pero no la saques toda a la vez. Es decir, primero vacía el armario de la ropa de la temporada pasada y, cuando esta esté doblada y organizada para guardar, entonces sacaremos la ropa de la nueva temporada que llenará ahora nuestro armario. Lo importante es no amontonarse y para eso es fundamental no tener montones de ropa a nuestro alrededor ni la ropa de varias temporadas mezcladas, sin saber muy bien qué le corresponde a qué.
O lo que es lo mismo, cuando tengas toda la ropa por el suelo y/o sobre la cama, construye pequeños montones con vaqueros por un lado, camisetas por otro, blusas en otro, jerséis, cazadoras, faldas, etc. Es decir, construye pequeños grupos con tus prendas. Así sabrás bien qué tienes de cada cosa y será más fácil colocarlo.
Sigue este mismo orden a la hora de colocar el armario. En este sentido, primero coloca las camisetas, que irán con las camisetas en un montón o dentro de un cajón. A continuación cuelga todos los vestidos o las faldas, después le toca el turno a los vaqueros, y así sucesivamente con cada grupo.
Una vez hayas sacado toda la ropa del armario y estés organizándola por montones para guardarla, asegúrate de hacer uno con los básicos, es decir, pantalones y faldas vaqueras, camisetas de algodón de manga corta, las cazadoras vaqueras y los cárdigans más finos, etc. Y es que, estas piezas volverán de nuevo al armario porque son salvavidas para todo el año.
Además, empezaremos por ellos a llenar el armario de nuevo, con lo que nos facilitará mucho la organización del armario pues ya tendremos un punto de partida.
Está claro que si hay algo que no nos hemos puesto durante la temporada que acaba de pasar mucho menos lo vamos a lucir al año que viene. Así que, nada de por si acasos y mucho menos apegos a prendas y accesorios. Lo que ya no entre dentro de nuestros cálculos estilísticos queda fuera.
En lograr sacar matrícula de honor en cómo organizar el armario una de las claves indispensables es aprovechar al máximo la capacidad del armario. Para ello, en lugar de doblar las camisetas por las mangas y a la mitad, se debe guardar doblándolas dos veces o enrolladas. Así, además, se arrugarán menos.
En lo que respecta a los vaqueros, será interesante guardarlos doblados ya que es como mejor organizados quedarán y así evitarás llenar las perchas de ropa y luego no encontrar las partes de abajo que se necesitan en cada momento y que terminan cubiertas de vestidos y camisas largas.
En este sentido, deberemos hacer el cambio de armario de forma estratégica. Con esto, nos referimos a que lo construiremos de menos a más en lo que se refiere al uso. Al fondo meteremos los vestidos de fiesta, monos y looks más elevados que pueden ir coordinados. Después, las chaquetas y más hacia el centro del armario camisas y blusas.
Lo mismo ocurrirá con los cajones y montones. Arriba los básicos, después los que son nuestros favoritos y por último los que menos solemos ponernos.
Este sistema también debemos seguirlo para organizar bolsos y zapatos. Mejor será tener a mano lo que más usemos, así también mantendremos el armario ordenado durante más tiempo.