El look para una comida de empresa es una elección que depende de muchos factores. El primero es la confianza que tienes con tus compañeros de trabajo, pues no te sentirás igual de libre si os conocéis desde hace muchos años o si eres una recién llegada y tu estilismo, por prudencia, tampoco debería ser el mismo porque aún no tienes confianza con tus compañeros.
Otro factor determinante es si se trata de una comida de trabajo o es una celebración de la empresa. En el primer caso deberías vestir con el mismo estilo que utilizas para la oficina porque, aunque se trate de una reunión fuera del lugar y horario de trabajo, no deja de ser una extensión de este.
Es muy diferente que la empresa decida celebrar un éxito reciente o una fecha concreta, como suele ocurrir en Navidad, es entonces cuando te puedes permitir salir del uniforme de diario. Es el momento de atreverse con prendas que no sueles usar para la oficina, pero trata de moverte en los límites que van entre quedarse corta y pasarse de la raya o, lo que es lo mismo, adaptarse al horario y lugar de la cita.
Si la celebración es a la hora de la comida, bastará con que elijas un look sencillo con un toque atrevido. Si eres de las que siempre se viste de negro, arriesga con el patrón; si sueles vestir con traje sastre, déjalo en casa por una vez; si tu uniforme son los vaqueros, sorprende con un vestido o una falda. Es decir, cualquier prenda de diario que no te pongas para la oficina puede ser un golpe de efecto.
Si tus looks suelen estar compuestos por ropa de color negro es el momento de apostar por algo diferente. No tienes que hacer grandes piruetas, es suficiente con que ese día integres un toque de color en tu negro habitual (aunque sea blanco) o elijas un patrón algo más arriesgado.
Si tus compañeros están acostumbrados a que seas la seria de la oficina, siempre con tus sastres impecables, puedes dar mucho que hablar si cambias radicalmente de estilo y te apuntas a la tendencia de los monos. Hay muchas opciones y seguro que alguna encaja con tu estilo.
Si por el contrario eres la chica de los vaqueros, es el momento de dejarlos en casa y sorprender con un pantalón de efecto cuero. Tu vas a estar igual de cómoda y el resto va a descubrir a una persona nueva.
Para las que suelen vestir de manera muy sencilla, con escasos complementos y tratando de llamar poco la atención, la fórmula para sorprender a sus compañeros de trabajo es aliarse con un accesorio imponente, que pueden ser unos pendientes especiales, o incluir un detalle sutil en tu look, como unas plumas rematando las mangas de un top.
Para quienes no tienen prejuicios y buscan un estilismo diferente al que llevan habitualmente al trabajo, un vestido de corte lencero combinado con una americana o un abrigo es una opción que seguramente se sale de tus apuestas de diario.
Si la cita es nocturna, deberías permitirte ciertas licencias, desde subirte a un tacón aunque no lo hagas habitualmente, hasta incluir el brilli-brilli en tu look aunque sea de manera comedida.
Si te gusta vestir con pantalones, la noche te puede dar mucho juego. Puedes combinar un pantalón de vestir con una chaqueta tipo esmoquin, con una blazer de terciopelo e incluso olvidarte de la chaqueta y optar únicamente por una blusa bonita y sumarle un abrigo al conjunto.
Si te gustan los trajes puedes hacer una apuesta arriesgada eligiendo uno en tejido metalizado. Si te decides por esta propuesta, no abuses de los complementos, con un anillo o un pendiente sencillo tendrás el look resuelto.
Las lentejuelas también pueden ser una opción que deberías tener en cuenta en una cena de trabajo, siempre que seas capaz de controlar el resultado y que no derive a look de boda. Para no pasarte, lo ideal es elegir una sola pieza de lentejuelas en un color discreto y combinarla con prendas muy sobrias o de estilo deportivo, así rebajas su intensidad unas cuantas dosis.