Cuando llega la primavera, y no digamos el verano, los colores que se convierten en tendencia, según la temporada, suelen ser alegres y llenos de chispa. La temporada arrancó en colores vibrantes -el fucsia, el verde esmeralda, el púrpura, el naranja y el amarillo-, tonos pastel -lila, azul cielo y amarillo crema - y el blanco, que siempre es apetecible cuando la piel se broncea un poco.
Pero este año, junto a todos ellos, firmas de lujo como Chanel, Valentino, Victoria Beckham, Yves Saint Laurent, Loewe, Proenza Schouler, Isabel Marant, Gucci, Prada o The Row y marcas como Cos, Zara, TopShop o Mango, han optado por el negro como inesperado color para la primavera.
Las redes no han tardado en secundar la idea y la esperanza de encontrar una explosión de color en la ropa de las chicas más influyentes se ha ido fundiendo a negro, como en una película. Posiblemente sea la manifestación de un sentimiento colectivo: el mundo está triste y esta es una manera de gritarlo.
El negro no es solo un color (o no color), es capaz de reflejar una diversidad de actitudes que van del puro clasicismo a la más absoluta modernidad, pero cuidado que no te atreves un poco puede llegar a ser muy aburrido. Depende de las prendas que elijas y de cómo decidas combinarlas.
El cuero, la piel y los tejidos que los imitan, se han convertido en una de las grandes tendencias de la temporada y si son en color negro ya lo petas del todo. Chaquetas de piel combinadas con vaqueros para un look clásico o con bermudas a juego si quieres apostar por la tendencia más atrevida del año. El efecto cuero también es protagonista en modelos de faldas midi de aires setenta, pantalones de pinzas con cierto regusto ochentero y, por supuesto, las infalibles cazadoras de toda la vida.
La fórmula del mono de trabajo con multibolsillos en tejido de piel es otra de las que van a funcionar bien durante la primavera. Sácalo de contexto con la pernera metida por dentro de unas botas kilométricas y de tacón altísimo o apuesta por el aire marcial combinándolo con unas botas militares.
Los vestidos voluminosos y arquitectónicos también se han teñido de negro. Si hace unos años llenaban las calles de tonos rosas y amarillos combinados con deportivas, esta temporada la apuesta se podría calificar de discreta. Pero no es así, porque los vestidos adoptan grandes volúmenes gracias a tejidos estructurados y complicados patrones a base de volantes, fruncidos, cortes, elásticos y cintas. No dudes en hacerte un total look en negro.
Entre tanta teatralidad, el slip dress negro se ha colado entra las tendencias de primavera como clara referencia al minimalismo de los años noventa. No le quites protagonismo, en primavera puedes llevarlo bajo una gabardina y combinado con unas botas y en verano basta que lo uses con unas sandalias discretas. No añadas más elementos, recuerda lo que dice la máxima del minimalismo: menos, es más.
Si un leggin negro no te dice nada nuevo, mira el estilazo que puede llegar a tener combinado con una chaqueta de tweed o cualquier blazer oversize que tengas por casa. Eso sí, tiene que ser negra y llevar todo el conjunto combinado con unos zapatos o botines debtaconazo. La idea es crear una silueta interesante jugando con los volúmenes, o falta de ellos, de tu ropa y tu figura.
Quitarle la estela gótica que le persigue es tan sencillo como combinarlo con prendas blancas, beiges o grises. La primera transforma en clásico cualquier estilismo construido sobre negro, la segunda es capaz de convertir en pija cualquier prenda negra, por muy atrevida que esta sea. La tercera es una mezcla mínimal, conceptual y muy de front row de desfile de los noventa.
Si buscas darles un toque diferente a tus prendas negras, combínalas con accesorios divertidos. A las faldas y vestidos mini súmales unas botas de media caña animal print que animen el look o un bolso oversize que le reste sexy y le sume urbanidad. Combina los pantalones negros con un top minúsculo y a las faldas midi añádele alguna prenda arquitectónica que la aleje del ladylike.