Pocas cosas favorecen tanto un outfit como un escote que potencie nuestro físico y que se adapte a cualquier ocasión. Y la variedad que existe de los escotes es tal que, una vez que sabemos cuáles son los que más nos favorecen según nuestro tipo de pecho, proporciones y estilo, solo nos queda comenzar a combinarlos como más nos apetezca.
Este modelo de escote crea una especie de trapecio al ajustarse al cuello. Estiliza mucho la figura y recoge perfectamente el pecho. Es perfecto para lucir hombros y resulta ideal si tienes una espalda atlética, aunque sienta bien a todo el mundo, ya que equilibra los volúmenes y realza las curvas.
Es uno de los clásicos. El escote redondo estiliza el cuello y sienta bien a cualquier tipo de pecho, sobre todo a los más voluptuosos. Con este tipo, lo único que hay que tener en cuenta para conseguir un pecho realzado y bonito es procurar que el escote redondo no sea demasiado abierto.
Sugerente a más no poder, el escote de espalda desvía la atención del pecho a esta zona del cuerpo y es un acierto seguro si queremos conseguir un outfit de escándalo. Es fundamental que garantices la sujeción del pecho y que el escote se ajuste perfectamente a tu espalda. Para lucirlo por completo, nada como llevar el pelo en un recogido para que la espalda quede completamente al descubierto.
El escote asimétrico admite cualquier tipo de manga, desde el tirante a la manga larga. Se caracteriza porque uno de los hombros queda al descubierto. Es un escote que potencia el pecho sin importar el tamaño de este y, al igual que ocurre con el escote de espalda, el pelo recogido es su mejor aliado.
Siguiendo la línea de la clavícula, el escote bateau une los dos hombros y los deja al descubierto. Tras unos años en el olvido ha vuelto a recuperar el sitio que le pertenece, ya que resulta elegante y discreto sin dejar de ser sugerente. Eso sí, resulta más favorecedor para un pecho pequeño y mediano que para uno grande.
También llamado escote gota, es un escote tan sexy como elegante. Lo caracteriza una abertura en el pecho en un escote que puede ser generalmente halter, aunque también redondo. Para que no resulte excesivo es importante que la lágrima no sea demasiado grande, ni el vestido muy estrecho, especialmente si tienes un pecho grande.
Posiblemente es el más favorecedor para todo tipo de pecho y es apto para casi cualquier ocasión. Estiliza la silueta, realza el pecho y armoniza las curvas. Este escote es el que se usa a menudo en las prendas cruzadas y es inevitable que atraiga todas las miradas.
El escote cuadrado o francés sienta muy bien si tienes el pecho pequeño y hace que el cuerpo parezca más alargado. Estiliza los rostros redondeados, pero puede hacer que parezcas más ancha si tu espalda también lo es o si tienes la cintura gruesa.
Tan sensual como discreto, no tienes tirantes y cubre perfectamente el pecho, envolviendo el cuerpo por debajo de los brazos. Es perfecto para un tipo de pecho intermedio y para lucir unos brazos y hombros definidos. Lo más importante para lucirlo es que se ajuste bien a tu cuerpo, porque si no estarás incómoda todo el tiempo con la sensación de que se puede caer en cualquier momento.
Es uno de los escotes favoritos de las novias y los vestidos de noche. En esencia es un palabra de honor que deja los hombros al descubierto y crea dos curvas en la zona del pecho que se asemejan a la parte superior de un corazón. Resulta perfecto si quieres darle todo el protagonismo a tu escote, y sienta bien tanto a pechos grandes como pequeños.
Se trata de un escote en V prolongado que puede llegar, en ocasiones, a la altura del ombligo. Sienta especialmente bien si tienes el pecho pequeño, alarga la silueta y es todo un derroche de audacia y sensualidad.