Fular, maxigafas y ahora, de negro: así se ha vestido Pantoja para ir al juzgado a lo largo de los años

Si tirásemos de lugar común, esa frase tan manida de "la primera impresión es la que cuenta" podría servirnos para un día como el de hoy, en el que 'todos los cañones apuntan' hacia Isabel Pantoja. La tonadillera ha vuelto a hacer acto de presencia en el juzgado número 5 de Málaga para testificar por un posible delito de insolvencia punible por el que se le piden tres años de prisión. Pero su futurible regreso a la cárcel no es el tema que nos atañe por estos lares. Nuestra cuestión a analizar es su estilismo, tan Pantoja, que ya forma parte de la iconografía vip.

No es la primera vez que la vemos en este brete. El Caso Malaya, ese del que la artista no quiere volver a oír hablar, la obligó a recorrer esta misma 'pasarela' durante el mediático juicio que terminó por declararla culpable. Y ya por entonces, diez años atrás, Isabel decidió no ‘disfrazarse’ y pasar de lo que dictan los expertos al hablar de ese concepto tan difuso que es ‘cómo vestir para ganar’ ante el juez.

Al igual que en aquella época, en la que empezó siendo recibida al grito de "guapa" para terminar siendo tirada del pelo por la muchedumbre en sus últimas visitas al banquillo, Isabel Pantoja ha echado mano de sus básicos para este nuevo reto judicial. A sus maxigafas de sol, perennes a pesar del cielo encapotado, y su larga coleta ceñida, la pandemia ha incorporado a su look judicial la mascarilla, del mismo negro riguroso que el resto de su atuendo.

Mientras que en anteriores ocasiones tiró de frescos fulares con los que jugaba en cada una de sus intervenciones, el hecho de que estemos en marzo (sumado, quizás, al complicado momento personal que atraviesa) ha provocado que este sea el tono que se repita tanto en su poncho, muy ella, como en el jersey de ochos y cuello vuelto, los pantalones y los botines, otro clásico Pantoja.

Si nos fijamos en el artículo que publicamos en esta misma web para aconsejarte a ti (o a la propia Pantoja) cómo vestirse adecuadamente para una situación como esta, el negro no es la mejor opción. Los colores neutros siempre son un acierto, sí, pero en lugar de optar por tanta oscuridad es preferible decantarse por un gris, un azul marino, un blanco o un tono tierra, justo los que escogió en el pasado.

De estos colores ya la hemos visto en esos juicios que oscurecieron su etapa marbellí. Con su fular (que nunca falta) para contrastar, el azul cerúleo o el beige han estado entre los favoritos de la cantante, a la que aunque otras veces hemos podido ver más expresiva por eso de llevar el rostro descubierto, ha sido hoy cuando la hemos podido notar más afectada que nunca, llegando hasta el llanto.

En lo que sí ha estado correcta esta vez ha sido en la falta de estridencias, tanto en el maquillaje, del que no hay rastro, como en los complementos. Unas pautas que podría haber tomado de otras celebridades que, aunque no se llaman Isabel, han protagonizado los juicios más mediáticos de nuestra historia reciente.

Basta con darle un poco a la memoria para acordarse de Naomi Campbell, Paris Hilton o Lindsay Lohan, cuyas respectivas visitas al juzgado podrían haberse confundido con su paso por cualquier alfombra roja a las que son asiduas. O de Norma Duval, que cada vez que trataba de defender su intimidad frente al juez se ponía sus mejores abrigos de piel, o Paulina Rubio, que estrenaba mechas cada vez que se veía las caras con Colate.

Más en la línea de Isabel Pantoja, la de la no ostentación, está Rocío Carrasco, otro de los rostros públicos que más han sido fotografiados en la entrada de un juzgado, en su caso en el de Alcobendas, donde se han producido cada una de las sesiones por sus veinte años de guerra judicial con Antonio David.