Jackie Kennedy fue una mujer rompedora tanto en su manera de entender la vida como en su forma de entender la moda. Sus looks han influido de manera decisiva en la manera de vestir de otras primeras damas y en el concepto del bien vestir de la jet set de los años sesenta, setenta y ochenta.

En su estilo hay dos etapas muy diferentes: la primera muy conservadora, como esposa del primero congresista y después presidente de Estados Unidos, y la segunda mucho más liberada, tras la muerte de Kennedy.

Su estilo, copiado durante la época por lo más granado de la sociedad estadounidense, ha dejado algunos hitos para la historia de la moda. Los sombreros pillbox, los guantes blancos o los abrigos a juego con sus vestidos, son la identidad de Jackie Kennedy, pero los pantalones, los polos y las túnicas, hicieron el armario de Jackie Onassis

Sus vestidos de novia, las galas que lució en sus visitas de estado a Reino Unido, Francia e India, su dos piezas rosa manchado de sangre o sus icónicos vestidos rectos de estampado geométrico son algunas de las piezas más espectaculares de su armario.

Anne Lowe, una costurera afroamericana que solía diseñar ropa para jóvenes debutantes fue la encargada de crear el vestido de novia de Jacqueline Bouvier en su boda con John F. Kennedy. El vestido -un encargo de su madre, Janet Auchincloss, que fue supervisado por el padre del novio-, era un modelo de escote barco en tafetán de seda color marfil, con corpiño drapeado y falda princesa con rosetones bordados y bandas entrelazadas. Completó su vestido con un velo de tul decorado con motivos florales, encaje y plumeti, ribeteado con bordados.

Para su boda con Aristóteles Onassi, cuando contaba con 42 años, eligió un modelo mucho menos ostentoso firmado por Valentino. En esta ocasión apostó por un vestido corto de cuello alto y manga larga, decorado con plisados y encajes y para adornar su melena, un simple lazo blanco.

Algunos de los modelos más recordados de Jackie pertenecen a los años en que ejerció de primera dama de Estados Unidos, vestidos de gala que diseñaban para ella Oleg Cassini, Duvier para Christian Dior o Valentino.

Varios de esos momentos icónicos sucedieron en París durante un viaje oficial de los Kennedy a Europa. Para la cena organizada en el Elíseo por Charles de Gaulle y su esposa Yvonne, Jackie eligió un modelo de encaje de rafia rosa y blanco con estola a juego diseñado por Oleg Cassini.

La comentada visita de los Kennedy a Reino Unido también tiene un vestido icónico, en este caso de color azul cielo. Se trata de una interpretación que el neoyorkino Chez Ninon, un modisto que pagaba los derechos para producir diseños de alta costura bajo licencia, realizó de un modelo de Givenchy.

Las cenas de estado y recepciones oficiales han dejado una larga lista de vestidos de noche tan espectaculares como este Dior rosa de escote palabra de honor que combina con guantes blancos, su color y accesorio favoritos de esta etapa.

Posiblemente el traje más famoso de Jackie es el dos piezas rosa que vestía el día que asesinaron a JFK. Se trataba de un modelo de tweed de Chanel de la colección otoño/invierno de 1960, pero confeccionado para Jackie en los talleres que Chez Ninon tenía en Nueva York.

A finales de los años sesenta y principios de los setenta se produjo una profunda transformación de su armario. Aunque nunca abandonó los trajes de dos piezas, los vestidos cortos, las túnicas boho y los pantalones se convirtieron en sus señas de identidad.

Cuando Jackie entró en la etapa Onassis, los vestidos de corte recto por encima de la rodilla se convirtieron en uno de sus patrones favoritos. Lució este modelo de Pucci por Atenas en agosto de 1969, cuando ya había contraído matrimonio con el magnate griego.

También las túnicas y caftanes, tan de moda en los años setenta, pasaron a formar parte de su indumentaria. Sumó a su armario firmas como Bill Blass o Mizrahi, cambió sus perlas por collares largos y pendientes vistosos. En 1974 incluso apostó por el estilo boho para acudir al Metropolitan Opera House House Royal Ballet.