Educación sexual, protección y un diagnóstico precoz son claves para evitar las ETS más comunes
Las ETS más comunes en España son la gonorrea, la clamidia y la sífilis. Todas ellas tienen tratamiento sencillo si se diagnostican a tiempo.
Hablamos con Pablo Fernández, gerente de la clínica especializada en tratamiento de ETS Open House, quien asegura que ahora hay "un poco más de conciencia social sobre las ETS".
Recomiendan hacerse las pruebas diagnosticas más o menos cada medio año, en función de las parejas sexuales.
Los datos del Ministerio de Sanidad son bastante claros: las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son un problema importante de salud pública cada vez más habitual. Una cuestión relacionada con las prácticas sexuales, todavía tabú, en la que no se nos ha formado, pero de la que se nos hace responsables directas.
“Veo a la gente joven más informada que hace 11 años, pero la educación sexual y el sexo son un tema tabú en muchos ámbitos, lo que provoca no solo falta de información, si no también desinformación”, explica a Divinity.es el gerente y responsable de laboratorio del centro médico especializado en ETS Open House, Pablo Fernández. “Nosotros vemos casos de personas que han tenido sexo con protección y llegan a la clínica aterradas por la posibilidad de tener VIH. Esto no es posible y responde a la falta de información”.
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El número de ETS, “enfermedades o infecciones que se transmiten por la práctica de sexo desprotegido”, como aclara Fernández, no deja de crecer. Y si bien la mayoría no son difíciles de tratar con antibióticos, el hecho de que muchas infecciones sean asintomáticas y que, además, no conozcamos la forma en la que se contagian ni cómo protegernos de ellas no hacen sino facilitar su transmisión.
En el podio la clamidia, la gonorrea y la sífilis
El Ministerio de Sanidad publicó en 2017 un documento en el que recogía la labor de vigilancia epidemiológica de ETS en España. En él, las reconocía como “un problema importante de salud pública tanto por su magnitud como por sus complicaciones y secuelas si no se realiza un diagnóstico y tratamiento precoz”, y ponía sobre la mesa las cifras de infectados por las ETS más comunes en España: la gonorrea, la clamidia y la sífilis, según enumera el gerente de Open House.
En el caso de la gonorrea, la cifra de casos notificados aumentaba de 4.599 en 1995 a 8.722 en 2017, siendo más altas las tasas en hombres, y particularmente en la franja de edad entre los 20 y los 34 años. La sífilis pasó de tener 1.010 casos notificados en 1995 a 4.941 22 años después, también con más incidencia en hombres y en el grupo de edad entre los 25 y los 34 años, mientras que en el caso de la clamidia las tasas fueron más elevadas en mujeres y en personas entre los 20 y los 34 años.
Las organizaciones sanitarias y los médicos aseguran que con el uso de preservativo evitamos la transmisión de estas ETS. Entonces, ¿por qué no deja de propagarse? El gerente de Open House asegura que en la clínica se encuentran con muchos casos de personas contagiadas por la práctica de sexo oral, “que no se suele proteger”.
Los síntomas de las ETS, explica, son muy diversos: “van desde manifestaciones en los genitales hasta infecciones en el recto y la garganta. Las más severas son las del VIH, a día de hoy una enfermedad crónica, aunque gracias al avance en los tratamientos se ha reducido mucho”, añade Fernández. “Por norma general, las ETS son fácilmente diagnosticables y se erradican con la administración de un antibiótico”.
La importancia del diagnóstico precoz
La gran mayoría de las ETS cuentan con pruebas que las diagnostican con una alta sensibilidad y tienen “muy buena respuesta a los antibióticos”, según reconoce el gerente de la clínica, pero para poner un tratamiento es fundamental haberse sometido a una prueba diagnóstica, a la que Fernández aconseja someterse con relativa frecuencia. “Recomendamos hacerlas cada vez que se tienen múltiples parejas sexuales, más o menos cada seis meses, aumentando o dilatándolas en el tiempo en base a la frecuencia de esas relaciones”, cuenta.
“Hay que tener en cuenta que estas infecciones se pueden contraer asintomáticamente, así que lo mejor es hacérselas nada más pasar ese periodo de la ventana de contagio, que va de una semana a un mes, dependiendo de la infección”, explica Fernández. “En el caso de la gonorrea es una semana, en el del VIH hay varias, pero se puede hacer un PCR a partir del décimo día, en el caso de la clamidia son dos semanas, y en el de la sífilis, tres”. Las pruebas, añade, pueden ser serológicas, en el caso del VIH o la hepatitis, o “la famosa PCR”, una prueba que busca “el material genético de los virus o las bacterias y que suele funcionar muy bien con la mayoría de las infecciones”.
El gerente de la clínica también explica que no hay “ningún tipo de persona más predispuesta al contagio, de acuerdo a la biología”, si bien cuanto más se practique sexo sin protección, más probable será contagiarse de un ETS.
Y pese a que Fernández reconoce que hay “un poco más de conciencia social sobre las ETS”, lo que puede ayudar a reducir su propagación, asegura que en los últimos años ha habido picos que pueden poner en peligro la salud de muchas personas. “Vimos no hace mucho un repunte del VIH, quizás porque percibimos un menor riesgo”, cuenta, y añade que “con la aparición de las apps de citas rápidas” también atendieron más contagios, “pero más allá de eso, las ETS siempre han estado presentes en nuestro país”.
¿La solución? Información, protección y un diagnóstico precoz que nos permita adelantarnos sus consecuencias más graves, que van desde el cáncer, en los casos más complicados del Virus del Papiloma Humano, hasta la infertilidad. Adelantarnos a ellas puede ser determinante.