Los más pudorosos siempre han recurrido a ese dicho que dice que los 'trapos sucios' hay que lavarlos en casa. Sobre todo los que atañen a una pareja. Sin embargo, tener un podcast que trata precisamente de eso, de compartir con el mundo los entresijos de tu relación (aunque sea desde el amor y el humor), hace imposible cumplir con el refrán.
Esto es justo lo que les sucede a Risto Mejide y Laura Escanes, que si ya estaban expuestos por sus respectivos trabajos en televisión y redes sociales, ahora han decidido lanzarse al universo radiofónico con 'Cariño, ¿pero qué dices?'. Tras hablar abiertamente sobre su diferencia de edad en el primer episodio, en el segundo sacan a la luz sus problemas de convivencia. Esas pequeñas (aunque a veces enormes) disparidades de opinión que solo se dan cuando se convive bajo el mismo techo.
Tal y como ha defendido el presentador de 'Todo es mentira', "conocer a alguien y quedarse con ese alguien consiste en que te gusten cosas que realmente no te gustarían". Y aunque en estas cuestiones aún no haya entrado el reguetón (género musical que a su mujer le chifla pero que él no es capaz de escuchar sin hacer muecas), sí lo han hecho rutinas como esta: "Yo ya le he encontrado el punto a que jamás, nunca, en siete años, no hayas cambiado el rollo de papel higiénico".
Una (mala) costumbre que Laura se ha negado a asumir ("pero qué puto falso eres", le ha espetado ella entre risas) pero que ahora Risto le ha cogido hasta cariño, por muy "absurdo" que suene.
Su otro problemilla de convivencia, también destapado por Mejide, tiene que ver con la pasta de dientes y la manía de Escanes de "no apretar el tubo por donde toca". Aunque para la influencer lo "normal" es pillarlo "por donde más hay", esta práctica es algo que jamás ha aguantado el publicista de nadie hasta que llegó ella.
Lo cierto es que la pareja mantiene actitudes distintas sobre estas y otras manías. Mientras Risto se autodenomina como un verdadero "maniático" y un "control freak", Laura presume de adaptarse bien a las extravagancias de los demás (algo que al presentador le resulta imposible). "La pereza que daría conocer las manías de una persona nueva", comentaba la mamá de Roma en el podcast, chocando frontalmente con su marido, que tiraba de humor: "Yo si no te he dejado ha sido por no conocer a una persona nueva", ironizaba él.