Cuando María Casado tomó la decisión de abandonar su piso de alquiler en Madrid, dejar la que era hasta entonces su profesión como periodista y trasladarse a Málaga, no pensaba en todo lo que cambiaría la vida. La propuesta vino de la mano de Antonio Banderas, uno de sus grandes compañeros y amigos, que la animó a ponerse al frente de su productora. Y fue allí, cuando empezó a vivir esa "locura malagueña", cuando conoció a Martina a través de una amiga en común. "Viene a Málaga y tuve la inmensa suerte de conocer a su lado lo que yo pensaba que era el amor y no lo había conocido nunca. Ahora tengo esa inmensa suerte", ha asegurado la periodista en una entrevista que ha dado a la revista Shangay.

Seis meses después de conocerse, María Casado y Martina diRosso posaban juntas en la alfombra roja del Festival Starlite y oficializaban su relación ante los medios de comunicación. Con la "normalidad" siempre presente, la periodista ha querido dar visibilidad a lo que ha sido su vida, la que ha vivido "con naturalidad" en su entorno. "No quiero mirar atrás. Hay que mirar para adelante y creer en todo lo que se ha conseguido durante tantos y tantos años. Yo voy a seguir con naturalidad. Viajando te das cuenta de lo que tenemos, de los grandes logros que se han conseguido en estos últimos años", ha dicho en una charla con el medio citado anteriormente.

Este último año, la periodista ha decidido centrarse por completo en su faceta personal y que su profesión, que también le ha dado muchas alegrías, estuviese en un segundo plano. "Y ha sido una locura maravillosa. La de formar una familia, la de de traerme a mi madre para Málaga, hacer reagrupamiento… La de vivir", asegura echando la vista atrás.

María y Martina ya consideran que tienen una familia con sus gatas, pero "no descartan" ser madres en un futuro. "Soy muy niñera, Martina también… El tiempo dirá", dice sobre la idea de ampliar su familia. La periodista se siente "muy orgullosa" de hablar públicamente de su pareja y lo seguirá haciendo, pero dentro de su relación considera que hay "una parcelita" que quiere mantener en la intimidad.

"En mi caso, sí que es cierto que he vivido todo con mucha discreción. Primero, que no me ha gustado nunca ir a sitios, a saraos. Me he dejado ver muy poco en fiestas. También es verdad que me he dedicado solo a trabajar. A partir de los cuarenta, que para mí han sido reveladores en muchas cosas, creo que está bien vivir con más tranquilidad. He vivido muy libre, pero seguramente durante muchos años he estado más con un escudo puesto. Pero ahora estoy cansada. Es normal que se genere ese interés, pero no he querido entrar en eso", ha dicho al hacer balance de su nueva etapa vital.