Íñigo Onieva se enfada con la prensa a su salida de misa junto a Tamara Falcó: "Se acabó"

En escenas como esta, grabada en la tarde noche de este lunes, se demuestra que la experiencia es un grado a la hora de gestionar la presión mediática que implica convertirse en un personaje del corazón. Tamara Falcó lleva siéndolo desde que nació. Íñigo Onieva, por mucho que haya aprendido sobre este rol en los últimos meses, apenas lleva dos años siéndolo. De ahí que se produzcan situaciones como esta en la que, cansado de ser perseguido por periodistas cada vez que pone un pie en la calle, se enfrente a ellos y les diga 'basta'.

Lo que parecía un afable fin de jornada en el que la marquesa de Griñón y el empresario volvían a casa después de ir juntos a misa con un par de amigos derivó en un tenso encontronazo con la prensa. Un reducido grupo de periodistas esperaba a la pareja a las puertas de la iglesia en la que, muy probablemente, se den el 'sí, quiero' el próximo 8 de julio.

La tensa relación de Íñigo Onieva con la prensa

Era la primera vez que eran inmortalizados en un plan de este tipo, con la fe como ingrediente principal. Y el futuro yerno de Isabel Preysler, harto de tanta pregunta sobre su inminente enlace, no pudo más.

Tal y como puedes ver en el vídeo que abre esta noticia, aunque Tamara parece dispuesta a responder a las cuestiones que tienen que ver con su gran día, Íñigo se cierra en banda y hace una declaración de intenciones de cara a su futuro como rostro popular.

Una postura que ya tuvo hace un par de semanas en IFEMA, en la última edición de la Fashion Week de Madrid en la que su chica presentaba colección cápsula de la mano de Pedro del Hierro. Allí, en la que era su primera aparición pública en pareja desde su reconciliación, también se negó a dar ninguna declaración. Todo lo contrario que Falcó, que dedicó diez minutos a los medios allí congregados.

Su boda, cada vez más cerca

Más allá del desagrado que le produce a Onieva la prensa callejera, este vídeo también confirma el cambio de vida que le prometió a la aristócrata cuando esta le dio una segunda oportunidad. Menos salidas, menos planes nocturnos, y más pruebas de fe, más cercanía con esa Iglesia de la que ella es tan devota.

De hecho, ante la cercanía de la fecha de su boda (apenas quedan cuatro meses para que tenga lugar), Tamara Falcó e Íñigo Onieva se encuentran inmersos en el curso prematrimonial que se obliga a toda pareja que quiera formalizar su matrimonio por el rito católico.

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