Ana Soria y Enrique Ponce han hablado por primera vez de su relación. La pareja, que comenzó su historia de amor hace tres años, se ha sentado en el programa de Pablo Motos para contar cómo se conocieron, cómo han afrontado las críticas de la diferencia de edad y cómo es, actualmente, su día a día juntos. "Ana es la mujer de la que estoy enamorado locamente", aseguraba el torero, que define públicamente a su novia como una persona "con una gran fortaleza y un gran corazón".
La pareja ha tenido que hacer frente durante estos tres años a muchas "injurias y calumnias". Y por fin han encontrado su momento. Tras un tiempo alejados del foco mediático, "sin querer entrar en nada" para poder vivir su día a día con tranquilidad, Ana y Enrique se han sentado juntos por primera vez para que la gente les conozca. "Pasé a ser alguien conocido pero sin que la gente sepa como soy. Llevamos tres años aguantando mucho, cosas que no son justas, que duelen. Somos personas con corazón, con sentimiento. Tenía ganas de que la gente vea que soy una chica normal", ha explicado la estudiante de derecho.
Supimos de ella cuando su relación ya había comenzado. Ella era una joven de 24 años, estudiante de Derecho, que tenía una vida normal alejada del ruido mediático. Él un torero conocido que acababa de protagonizar un divorcio con Paloma Cuevas, la madre de sus dos hijas. "Yo fui a torear a Almería y desde el callejón la vi sentada en el tendido. Es para que te llame la atención. Le pregunté a un amigo que estaba conmigo que si la conocía y me dijo que sí, que era hija de un amigo suyo. Le pregunté su nombre, me lo dijo, la busqué y la encontré", ha contado el torero sobre el momento en el que se vieron por primera vez. Ana Soria notó la mirada de Enrique y sintió "algo especial". "Cuando me miró el mundo se me paró ahí. Tuve una sensación que nunca había tenido", ha explicado ella.
Cuando descubrió su identidad, Ponce decidió buscarla a través de las redes sociales y comenzó a hablar con ella. Su relación fue "poco a poco" y un tiempo más tarde quedaron por primera vez para cenar. Cuando llegaron a la cena, ella reconoce que tenía "el corazón a mil y estaba hecha un flan". También en esa primera cita, Ponce pensó que era una chica "muy inteligente, con una madurez impropia".
Su vida cambió radicalmente cuando apareció por primera vez en la portada de una revista. Ana Soria reconoce que una persona nunca está preparada "para algo tan fuerte y tan intenso", por eso se vio obligada a buscar la ayuda de un profesional y abandonó su carrera durante dos años. La joven acudió a terapia y encontró en el torero un gran punto de apoyo. "Me ví en una situación complicada. Hubo un par de años que mentalmente no podía con los estudios, pero ahora estoy a tope y me queda nada", ha dicho sobre la carrera de Derecho que está deseando acabar para ejercer profesionalmente, igual que sus padres.
Los dos han dejado claro en su primera aparición televisiva que los 27 años de diferencia que existen entre ellos nunca han sido un impedimento. "El amor no se piensa, se siente. Él tira de mí, tiene mucha energía y yo soy muy tranquila. El amor es libre y cada uno se enamora de quien quiera", ha asegurado la joven. Tampoco fue un problema para Federico y Rosa, los padres de Ana, que se lo tomaron "muy bien". "Le dije a mi padre que cuando le conociera le iba a querer y pasado el tiempo me dijo que qué razón tenía. Y se adoran", han contado.