El pasado 6 de abril, José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo entonaban el 'sí, quiero' más rotundo de sus vidas en una ceremonia religiosa celebrada en la iglesia de San Francisco de Borja, en pleno centro de Madrid. A pesar de llevar solo unos meses como novios de manera oficial, el regidor de la capital no dudaba en dar un gran paso en su relación con la joven y pedirle matrimonio, tal y como confirmó él mismo en sus redes sociales: "Una vez me preguntaron por cuestiones sentimentales. Respondí que ni precipitarse ni resignarse, es obvio que no me he precipitado pero estaba casi resignado. Hasta que apareció ella. Y Teresa me ha dicho sí".
Desde entonces, a lo largo de estos meses, han estado completamente inmersos en los preparativos de su gran boda, en la que no faltaron numerosos rostros conocidos. Semanas después del enlace y tras su viaje de novios, el alcalde de Madrid y su ya mujer han regresado a la rutina, en donde se les ha visto en varias ocasiones públicamente, como en el Mutua Madrid Open o en la Plaza de Toros de las Ventas -casualmente, donde se dejaron ver públicamente por primera vez-. Ahora, tras más de un mes casados, Almeida ha desvelado cómo está siendo su nueva vida. ¡Te lo contamos!
Tras más de 40 años como soltero y "sin precipitarse" por encontrar el amor, ahora la vida de Almeida ha dado un giro radical tras pasar por el altar. En una visita a 'Espejo Público', el regidor ha desvelado que se encuentra "muy feliz" tras casarse con la mujer de su vida. Además, en este programa, ha desvelado lo que ha cambiado en su día a día: "Hace unos días fui a la compra. Lo mío no era una nevera, era un desierto... Es muy agradable ver la nevera llena. Yo antes comía muy poco y lo que comía no era sano ni recomendable. La salud es algo que debo agradecer".
Como cualquier otro matrimonio, parece que el reparto de tareas lo tienen muy bien organizado y el alcalde ha querido agradecer a su mujer que le ayude con la organización de las labores del hogar: "Te estás adaptando. No es fácil adaptarte después de 49 años. Ella tiene que tener más paciencia que yo. Las manías se van acumulando con el tiempo. Estoy muy feliz e ilusionado. Las cosas se notan en la cara, para qué negarlo".