La nueva edición de los Premios Iris va a ser única e inolvidable para muchas personas, entre ellos el presentador Jordi Hurtado, porque este año la Academia ya tiene claro Hurtado es quien merece recibir el premio Jesús Hermida a la trayectoria. Un reconocimiento a toda su carrera que no ha sido corta, aunque no tan larga como suponen quienes defienden la tesis de que el presentador no envejece y lleva varias vidas trabajando en televisión. 

A pesar de lo mucho que se bromea con esto, incluso el propio Jordi ha querido sumarse a las chanzas al respecto en alguna ocasión, sí que es cierto que su carrera ha sido longeva y su paso por Saber y Ganar es prueba de ello. Lleva al frente del concurso desde 1997, una relación casi tan larga como la que mantiene con Rosa Carmen Palau, la discreta mujer con la que lleva casado más de treinta años. 

Jordi Hurtado siempre se ha tomado a las mil maravillas las muchas bromas que se han hecho sobre su aspecto, tal vez porque en todas ellas se señala lo poco que parece pasar el tiempo por él. Se ha bromeado con la posibilidad de haber hecho un pacto con el diablo o que se trate de un viajero del tiempo, bromas sin maldad que él ha aceptado con el mejor de los sentidos del humor mientras continuaba con su carrera, mostrando siempre su cara más profesional y amable. 

Un trabajo en televisión que hace que esté un poco más expuesto a las opiniones de la gente (y el resultado, como hemos visto, ha sido la chanza), pero que no le ha impedido que su vida personal siga siendo solo de su familia, porque siempre ha sido muy discreto, casi tanto como lo es su esposa, Rosa Carmen Palau, con quien tiene tres hijos. Mientras que Jordi trabaja en televisión como su padre, Laia es licenciada en Biología y desde 2018 trabaja para una compañía vinícola en California; de la tercera, Mireya, poco se sabe. 

Rosa Palau es catalana, como Jordi, y en 1994 entró a trabajar en Nioglás, una empresa dedicada a la venta de productos de fibra de vidrio, poco después pasaba a ser directora comercial de la compañía. Según recogen en Vanity Fair, Rosa es también manager de su esposo y juntos “crearon en 1993 la empresa Misola Produccions, dedicada a las actividades auxiliares a las artes escénicas”.

La pareja vive en Barcelona, un poco alejados del centro, lo que les permite disfrutar de la naturaleza, pero no tanto como para estar completamente aislados. Tienen una casa-palacete con piscina y jardín en una parcela de unos 600 metros cuadrados. Un remanso de paz que les permite disfrutar de su vida familiar, alejados del foco mediático y compartiendo tiempo de calidad. La familia de Jordi, si bien discreta, no es un secreto, pues el periodista siempre que pueda acude junto a su esposa a los eventos públicos, donde no duda en posar junto a ella. 

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