“Lo eterno tiene la complejidad y la ventaja de transformar las maneras de amarse en otras direcciones”. Con estas palabras, Alejandro Sanz y Raquel Perera anunciaban hace un año que habían decidido poner fin a su relación. Tras ocho años de matrimonio y dos hijos en común, la pareja se separaba “sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta” sobre sus hijos y lo hacían público a través de un comunicado en redes sociales.
Tras anunciar su separación, los gestos y mensajes de cariño entre ellos siguieron siendo públicos, pero poco después salía a la luz la nueva relación del cantante con Rachel Valdés, una joven cubana que comparte con él su pasión por el arte y que trabaja como escultora. La última edición de los Latin Grammy fue el lugar que el cantante escogió para hacer su primera aparición como pareja y formalizar su relación. Desde entonces, en sus últimas apariciones públicas siempre le ha acompañado.
Justo un año ha pasado desde que decidiesen poner fin a sus ocho años de matrimonio y fue el pasado mes de mayo cuando Raquel Perera presentó la demanda de divorcio ante la corte familiar de Miami, un documento que ha publicado en exclusiva el programa ‘Ventaneando’.
Según este medio, la relación entre ellos es más tensa que nunca por las exigencias que la que fue su pareja ha pedido tras su separación. Raquel solicita una generosa pensión para ella y para sus hijos así como una “repartición equitativa de los bienes que, como pareja, adquirieron durante su sociedad conyugal”. Además, Perera argumenta en la demanda de divorcio que, mientras duró el matrimonio, ella “abandonó su vida personal y profesional entregándose de manera devota a su familia y al éxito de la carrera de su esposo”.
La que fue mujer de Alejandro Sanz asegura que el matrimonio está “irremediablemente roto” y solicita una “revisión de la custodia” de sus dos hijos en común, Alma y Dylan. Perera argumenta que el cantante está “ausente” debido a sus giras profesionales y asegura que, desde que se separación en julio de 2019, el artista solo ha visto a sus hijos en cinco ocasiones, acusándole de no tener tiempo para ellos y de que la “responsabilidad de su crianza” caiga exclusivamente en ella.
Más allá de estas peticiones y según publica el programa citado anteriormente, Raquel exige también una pensión alimenticia, seguro médico, seguro dental, gastos médicos no previstos, tutorías, campamentos de verano, escuela privada, actividad extras y viajes fuera del país. También pide un pago retroactivo desde julio de 2019 y considera que lo que Sanz daba hasta ahora ha sido “insuficiente”. Por el momento, ninguno de los dos se ha manifestado públicamente sobre este asunto y tendrán que responder ante el juez de Miami, que es donde se está llevando este caso.