Si bicheamos el feed de Instagram de Eva y Cayetano durante esta cuarentena, todo lo que encontramos es paz, armonía y mucho momentazo familiar en Mairena del Alcor, el pueblo sevillano en el que han pasado el encierro. Eso sí, si nos metemos en el perfil de Twitter del torero, la cosa cambia (y mucho). El mediano de los hermanos Rivera se ha convertido en uno de los vips que más revuelo ha generado en los más de dos meses que han pasado desde que el gobierno declaró el estado de alarma. Analizamos una a una sus controversias y la postura de la presentadora, que ha decidido blindarse ante este continuo rifirrafe mediático.
Aunque Cayetano Rivera siempre se ha mojado políticamente, la fama de beligerante se la ha llevado su hermano Fran, que ya está más que curtido en eso de copar titulares cada vez que da su opinión. Sin embargo, desde el pasado 10 de marzo, esto evolucionó. Todo comenzó con un tuit del hijo mediano de Carmina Ordóñez criticando la “irresponsabilidad” de nuestros dirigentes al permitir la celebración del 8M y de una manifestación que él mismo calificó de “propagandística”.
Una declaración de intenciones que dio el pistoletazo de salida a su valoración en redes sobre la gestión de esta crisis sanitaria. Pasada una semana, sus nuevos enemigos fueron los “periodistas y presentadores que incitaron el ‘no te quedes en casa’ del 8 de marzo y que no tienen la dignidad de reconocer su error ni pedir perdón”. Su indignación también iba dirigida al gobierno al que, con mucha sorna, definió como un ejecutivo "que hacía lo que decía, que decía lo que pensaba y que pensaba en lo que era mejor para todos los demás”.
Entrado el mes de abril, la nueva reacción de Cayetano Rivera fue contra la industria del cine, a la que criticó por proponer un apagón cultural tras la criticada inacción del ministro de cultura. Y fue más allá cuando el torero impulsó una iniciativa para solicitar al gobierno una serie de ayudas para que reactivasen el sector taurino ante las consecuencias económicas del coronavirus. La actriz Sara Sálamo, echando sentido del humor al asunto, le llamó “subvencionado y titiritero”, término que muchos utilizan recurrentemente para hablar de los actores. Y sí, tras este pequeño dardo de la intérprete, se volvió a liar.
“No estoy desesperado. Pero sí preocupado por toda la gente que sí lo está porque no tiene para vivir”, se justificó Cayetano a golpe de tuit, reconociendo que “esperaba más comprensión” de “un sector que recibe más de 70 millones al año en subvenciones”. Fue ante estas palabras cuando encontramos la única (y casi invisible) reacción de Eva González en esta historia: un retweet con el que apoya de forma indirecta la réplica de su marido a Sálamo.
La última polémica en la que s era visto envuelto Cayetano, al menos hasta el momento, tiene lugar en el momento en el que empiezan las primeras manifestaciones en Nuñez de Balboa. Caceroladas que se fueron ampliando a otras zonas del país y que el torero decidió abalar con un mensaje directo a Pablo Iglesias, vicepresidente del gobierno. “Usted es la gota que colma el vaso”, le espetaba. Como posdata, una frase que ha reabierto un nuevo frente, esta vez con Daniel Guzmán.
“Cuando la dictadura es un hecho, la revolución se vuelve un derecho”, reivindicaba Rivera. Una postura que fue inmediatamente señalada por el conocido actor y director de cine: “Cayetano, entiendo tu aburrimiento y malestar por no poder ganar dinero matando animales en estos momentos, pero entiende que ahora hay cuestiones humanitarias, sanitarias y sociales más importantes. Instar a un golpe de estado, quizá, no es lo más conveniente en una democracia”.
A través de un hilo, el torero zanjaba el debate enumerando las cuestiones sanitarias (“invito a la gente a manifestarse respetando medidas sanitarias y de manera democrática”), sociales (“la tauromaquia es la segunda Industria Cultural en importancia en este país”) y humanitaria (“impulsé campaña para recaudar fondos para que gente necesitada”).
En estos casi dos meses que se han ido desarrollando estos rifirrafes rederos, la postura de Eva González ha sido apostar por el silencio. Con la salvedad de aquel retweet, la presentadora ha decidido permanecer ajena a este revuelo, dedicando su faceta pública a promocionar sus últimos proyectos profesionales y a mostrarnos la cara más familiar de su confinamiento, sin un solo resquicio para tanta polémica.