Hace un año sus vidas cambiaron para siempre. Iker Casillas sufría un infarto de miocardio que hacía que su salud se tambalease y, tan solo unos días después, Sara Carbonero era operada de un cáncer de ovario. Tras unos meses de lucha, la pareja deja para siempre Oporto, la ciudad donde han vivido durante cinco años, y se trasladan de nuevo a España. Con un futuro aún sin escribir, el futbolista concede su entrevista más personal a la revista Semana y confiesa que no ha estado con su mujer “todo lo que debería” en este tiempo.
“Hace un año estaba con unos amigos cenando y al día siguiente me dio un infarto y todo cambió. Y porque el médico estuvo rápido, que sino me hubiese ido”, confiesa el futbolista al periodista Óscar Carbonell. Iker Casillas tiene claro que ya no está “para memeces” y ese giro inesperado en su vida ha provocado que, meses después, tome la firme decisión de abandonar para siempre el fútbol. Esa es la razón por la que, tras cinco años viviendo en Oporto, la pareja deja una ciudad que les ha hecho “muy felices” y vuelven a Madrid para estar cerca de sus familias y empezar una nueva etapa profesional que podría estar relacionada con el Real Madrid.
“A Sara y a mí nos cambió la vida y lo que hay que hacer es afrontarlo y disfrutar de lo que se tiene. Mañana no se sabe lo que va a pasar”, confiesa Casillas, que asegura que desde aquel momento ambos solo “viven el día a día”. Aunque la salud de los dos ha mejorado en este tiempo, las malas noticias han seguido presentes en sus vidas. Hace tan solo unos días fallecía el abuelo de la periodista y ella acudía al entierro sin la compañía de su marido. “No pude estar. Sabíamos que estaba muy malito porque desde que se murió su abuela él se había ido apagando y decidimos que Sara y los niños se fueran allí para estar cerca”, explica. La final de la Copa de Portugal era su último partido con el equipo y en activo y fue el motivo por el que no pudo acompañar a Carbonero en el último adiós a su abuelo. “La verdad es que he estado de un lado para otro e igual no he estado lo que tendría que haber estado al lado de Sara”, reconoce.
Dejando atrás “un año muy difícil”, el futbolista y su mujer ya han realizado la mudanza y todos sus muebles se han trasladado a su casa de La Finca, pero no tienen claro que sea el lugar donde van a vivir a partir de ahora. Con una conversación aún por cerrar sobre su futuro profesional, la pareja se ha comprado un nuevo hogar en la zona de Moncloa. “Todos mis amigos viven en Móstoles y en Fuenlabrada y desde allí hay salida directa a la carretera de Extremadura”, explica el futbolista.
Fieles a seguir viviendo con fuerza el presente, la pareja sí tiene claro que pasaran las vacaciones entre sus dos pueblos. “Somos personas de riesgo y no queremos arriesgar”. El fin del verano traerá nuevos planes para Sara Carbonero e Iker Casillas, que dicen ‘adiós’ a una etapa difícil de su vida.