El pasado mes de junio se hacía pública la noticia: “Irina Shayk y Bradley Cooper se separanBradley Cooper se separan”. Tras cuatro años de relación y una hija en común, la pareja decidía terminar con una relación que, en esos últimos meses, había estado en el centro del foco mediático. Desde entonces han sido muchos los comentarios que han salido respecto a nuevas posibles vidas de cada uno pero, por primera vez, la modelo rusa se ha sincerado y ha explicado cómo se siente desde que es madre soltera.
“Tengo una personalidad fuerte y sé lo que quiero. Creo que algunos hombres tienen miedo de eso”, ha confesado la modelo a la versión británica de la revista Vogue. Muy marcada por su infancia y sus raíces familiares, Irina tiene claro que cuando alguien sale de su vida corta todos los lazos posibles con esa persona. “Creo que algunas personas realmente tienen miedo de esta frialdad. También creo que no mucha gente sabe que debajo de esto hay una persona agradable y dulce”, se sinceraba.
Su relación con Bradley Cooper salió a la luz en 2015, cuando se hicieron públicas las primeras fotografías en las que se les veía juntos. Meses después decidieron dar un paso más y posaron por primera vez en una alfombra roja, oficializando así su relación. Convertidos ya en una de las parejas más mediáticas de Hollywood, Irina y Bradley formaron una familia con la llegada de Lea De Seine, primera y única hija de la pareja. Dos años después de su nacimiento, ambos se separaban tras unos rumores de crisis que comenzaron cuando el actor se involucró en ‘Ha nacido una estrella’, la película que dirigió y protagonizó junto a Lady Gaga.
“Dos grandes personas no tienen que hacer una buena pareja. Creo que hemos tenido mucha suerte de experimentar lo que teníamos el uno con el otro”, ha explicado la modelo. “La vida sin B es un terreno desconocido”, añadía Irina. Tras la separación, la vida de la modelo ha cambiado radicalmente, sobre todo en el ámbito familiar. Irina considera que es difícil “encontrar el equilibrio entre ser madre soltera y ser una madre trabajadora”. “Hay días en que me despierto y pienso: ‘Dios mío, no sé qué hacer, me estoy desmoronando’”, cuenta.
La personalidad “fuerte” de la que habla en la entrevista también viene muy marcada por su pasado familiar. Hija de un minero de carbón y de una pianista, Irina era la mayor de dos hermanas que vivió muy joven la muerte de su padre a causa de una neumonía. “Siempre sentí que nací en el cuerpo equivocado. Sentí que era un niño, no sé por qué. Tal vez sea porque mi padre siempre quiso un niño”, ha explicado. Debido a ese sentimiento, tras la muerte de su padre siempre pensó que debía hacerse cargo de su familia: “por supuesto, más adelante en la vida supere eso y me encanta ser mujer, pero recuerdo ese sentimiento”, ha confesado.