La pandemia nos ha cambiado la vida a todos. Desde que se decretase el estado de alarma en marzo de 2020, con el confinamiento, las mascarillas, el temor social y, sobre todo, los cientos de miles de muertes que ha provocado este virus que desde que llegaron las vacunas estamos logrando paliar, recuperar esa vieja normalidad que teníamos antes de la covid-19 está siendo complicado para muchos. Entre los rostros populares que más lo están sufriendo está Karlos Arguiñano, que ha narrado la complicada situación que está atravesando su mujer María Luisa Ameztoy a día de hoy.
"Se nos está haciendo muy largo, esta historia está siendo dura de verdad. Luisi, mi mujer, no sale de casa por la pena", ha declarado, tal y como recoge la revista Semana. El miedo a contagiarse de esa mujer que ha ejercido de "capitana toda la vida" tanto en lo personal como en lo profesional está marcando el día a día del chef, que recibe comentarios como "tú sales mucho" cada vez que sale de casa para cumplir con sus compromisos profesionales.
Este estado de temor que vive en casa, incontrolado y difícil de gestionar, ha hecho que el de Beasain haya sacado una importante lección: "Ahora que voy para los 73 años, ya os aviso, y más concretamente en este momento, aprovechad cada minuto de vuestra vida. No dejéis nada para mañana".
Con María Luisa, Luisi para los suyos, contrajo matrimonio cuando apenas tenía 24 años. Ella se dedicaba al negocio familiar, una tradición pescadora que mantuvo hasta que tuvo a su primer hijo, al que dio a luz literalmente en la pescadería. Desde entonces, la de Zarauz optó por dejar el legado familiar y emprender junto a su marido un restaurante que ha pasado por varios altibajos económicos desde su apertura.
"Yo siempre he sido muy echada para adelante y nos arriesgamos. Trabajamos varios años muy duro y lo sacamos adelante. Eran los ochenta, vivíamos encima del restaurante... Eran momentos difíciles, debíamos mucho dinero pero yo siempre he dado la cara", recordaba en su día en una entrevista. A pesar de que el interés mediático se lo ha llevado Arguiñano, Ameztoy siempre ha sido considerada por sus siete hijos.
"Es ‘la jefa’, la que sostuvo toda la gestión cuando mi padre se fue a Argentina o cuando debía dedicarse casi de lleno a la producción de sus micros en televisión", decían de ella. Pero este temor al coronavirus no es el único bache vital que les ha tocado vivir juntos. Antes de que naciesen sus seis hijos y de que adoptasen a la séptima, sus dos primeros hijos "nacieron muertos". "Mi mujer lloraba y lloraba, con razón. Yo la animaba: 'Tranquila, que tienes un pedazo de marido y esto lo vamos a volver a intentar las veces que haga falta", le recordaba.