Un año y medio después de haberse retirado del fútbol de élite y pocos meses antes de cumplir su sueño de ser padre junto a Paula Echevarría, Miguel Torres daba un giro de 180 grados a su vida profesional. Aunque eso sí, siempre vinculado a la pasión de su vida, el fútbol. El exjugador del Real Madrid retomaba hace un año sus estudios e iniciaba un máster en Dirección, Metodología y Análisis en este deporte organizado por la escuela de negocios de la Liga Española de Fútbol. Un curso del que se acaba de graduar y donde ha adquirido las competencias necesarias para desempeñar un puesto como entrenador de un club, director deportivo o secretario técnico.
“Ha sido un verdadero placer disfrutar del Máster en Dirección, Metodología y Análisis en el Fútbol. Sin duda ha sido un año de mucho esfuerzo e investigación, pero también he podido conocer al milímetro cómo trabajan en sus departamentos la gran mayoría de equipos de primera y segunda división, todo esto sería imposible sin el trabajo que realiza La Liga”, estaba encantado con el contenido de este máster acreditado por la Universidad Francisco de Vitoria. “Ya tengo en mente mi próximo reto”, advertía ilusionado Miguel, que compartía algunas fotos de la ceremonia de graduación. "Enhorabuena, amor", comentaba muy orgullosa Paula.
El madrileño ha hablado públicamente en más de una ocasión cuál es la meta que le encantaría alcanzar en su trayectoria. “Estoy centrado en formarme como entrenador, me gusta mucho el fútbol base”, explicaba en la tertulia deportiva en la que colabora. “Uno de los objetivos que me gustaría conseguir es estar al frente de una cantera importante. Si es la del Real Madrid perfecto, pero sé que es muy complicado”, asumía lo complicado que es llegar hasta el banquillo del club merengue.
En la actualidad, además de su trabajo como analista deportiva en el programa de Josep Pedrerol y comentarista de los partidos de los equipos madrileños en Onda Madrid, es entrenador del equipo juvenil de la División de Honor del Rayo Majadahonda, un empleo que le entusiasma y que le ha dado la oportunidad de seguir vinculado al deporte de su vida.
A sus éxitos profesionales, se le añade la etapa tan especial que atraviesa con Paula, su pareja, con quien tuvo hace siete meses al pequeño Miki:
“Érase una vez, un niño querido con locura”, garantizaba el exfutbolista, que se desvive por el recién nacido. La familia celebró su primer medio año de vida en Marbella, ciudad andaluza que vio nacer su amor hace cuatro años, cuando él jugaba en las filas del Malaga F.C.