En los últimos años, las relaciones poliamorosas han cobrado protagonismo en todas partes, también en la prensa rosa. Hace unos meses, la pareja formada por Will Smith y Jada Pinkett Smith, una de las más famosas y consolidadas de Hollywood, fue noticia por mantener una relación abierta, pero hay muchas otras, como Megan Fox y Brian Austin Green o Gwyneth Paltrow y Chris Martin, según algunas fuentes. Todos ellos han contribuido a que las relaciones no monógamas sean más visibles para el público general.
Para las personas monógamas, estas relaciones generan mucha curiosidad. Al final, va en contra del sistema de parejas con parejas del Arca de Noé, y eso basta para que nos preguntemos cómo demonios es viable ese tipo de relación. ¿Qué pasa con los celos? ¿Es un modelo viable a largo plazo? ¿Y a los hijos que nazcan de esa unión, que podemos contarles?
Las claves, explican las personas poliamorosas, son la comunicación y el consentimiento. Este modelo relacional, promovido en la década de los 60, mantiene que una relación con más de una persona es normal, inherente a la naturaleza humana y tan respetable como la monogamia. De hecho, ha estado presente en muchas épocas, y personajes tan conocidos como las escritoras Anaïs Nin o Simone de Beauvoir optaron abiertamente por el poliamor para sus relaciones románticas.
El poliamor consiste en amar a varias personas a la vez de forma consensuada, consciente y ética. Quienes lo practicar “consideran que el amor no tiene que estar restringido, porque si quieres a alguien deseas lo mejor para esa persona”, explican desde Poliamor Madrid. Desde luego, eso incluye “poder ampliar su vida amorosa y sentimental”, aunque no siempre es fácil compartirlo con el mundo. El estigma y la desinformación sobre las relaciones poliamorosas es una carga con la que estas parejas todavía deben cargar.
La única condición del poliamor es “el amor entre personas y la aceptación de la relación por parte de todas ellas”, añaden desde la organización madrileña. El término viene del inglés polyamory, que a su vez procede de términos griegos y latinos: literalmente significa “muchos amores”. Ahora, esto no es lo mismo que la poligamia, un concepto que describe a una persona casada con muchas otras, ya que el poliamor no pone el énfasis en el matrimonio ni en los géneros de las personas que forman parte de la relación.
Es habitual confundir el poliamor con las prácticas swingers o las parejas abiertas, pero tampoco son lo mismo. En el primero de los casos, se intercambian parejas sexuales, y en el segundo, explican desde Poliamor Madrid, “existe una pareja principal que tiene una relación sentimental y se permite tener contacto sexual con otras personas, pero no establecer otra relación del mismo tipo”. Sin embargo, en el poliamor no hay jerarquías. Para sobrellevar los celos y el sentimiento de propiedad, los miembros de una pareja suelen marcar reglas y acuerdos que definen lo que cada uno espera de la relación, con libertad. En general, estas reglas son flexibles y se adecúan a la relación conforme esta evoluciona.
Actualmente, el poliamor es una opción minoritaria, aunque poco a poco va cogiendo fuerza. Para desestigmatizarla y que las personas que forman parte de estas relaciones no se sientan aisladas o sean discriminadas, es importante dar a conocer este modelo y evitar los prejuicios respecto al mismo. Las personas con este tipo de relaciones aseguran que se puede ser perfectamente feliz y sentirse muy querido, siempre y cuando seas honesto con tus parejas y estés completamente seguro de querer hacerlo.
La pregunta principal está clara: ¿Se puede querer a dos personas sin que se te vaya la cabeza en el camino? Las poliamorosas aseguran que sí. Ya en 2008, la directora y actriz estadounidense Terisa Greenan exploró en una serie las vidas de una ficticia pareja poliamorosa en Seattle (Estados Unidos): la de Gemma (Amber Rack), Ben (Ernie Joseph) y Stuart (Eric Smiley). ‘Family: the Web Series’ cuenta con 21 capítulos que pueden verse íntegramente en YouTube, en los que se explica que, para que una relación poliamorosa funcione “cada uno de los implicados tiene que saber de la existencia de los otros, y no puede haber escalafones (es decir, nadie por delante del otro)”, en palabras de la propia Greenan.
La clave de estas relaciones es, por tanto, la comunicación, el cuidado y la incondicionalidad. La ecuación es sencilla: sin la empatía y el cariño por otra persona no hay un amor sano y, por tanto, ningún tipo de relación es lo suficientemente satisfactoria u honesta. Lo exploraba recientemente la escritora y poeta Gabriela Wiener, que tiene “un marido, una mujer y dos hijes”, según explica ella misma en la obra ‘Qué locura enamorarme yo de ti’, estrenada este año en el Teatro del Barrio de Madrid bajo la dirección de Mariana de Althaus.
En el escenario, Wiener habla de sus experiencias y emociones con honestidad y saca a escena a miembros de su familia, entre ellas a sus parejas, Jaime y Rocío. Además, en un vídeo también muestra a uno de los jóvenes de la familia, Coco, que explica “cómo sobrevivir” en una familia poliamorosa. Todos ellos concuerdan en que el amor, la purga de los celos y la construcción de afectos más sinceros y responsables son los ejes centrales tanto de la obra como de este modelo relacional.