Si hace unos días Rafa Nadal volvía a brillar en el ámbito profesional intensificando su leyenda con un nuevo Roland Garros, hoy tiene otros motivos más personales para estar de celebración. El manacorí daba el ‘sí, quiero’ a Xisca Perelló hace justo un año en una de las últimas bodas más mediáticas y recordadas antes de que la COVID apareciera en nuestras vidas. Una cita con una gran expectación nacional e internacional que estuvo caracterizada desde el primer minuto por ese hermetismo que ha caracterizado siempre a la pareja. Desde esta fecha tan especial, el tenista y la empresaria han cambiado muy poco en lo referido a su vida cotidiana. Eso sí, se han abierto un poco más al público y han dejado ver con naturalidad un poco más de su vida privada a través de las redes sociales. Un aniversario que está marcado por el comienzo de las obras de la que será su nueva casa y donde podrían cumplir sus deseos de ser padres.
El enlace llegaba a sus vidas después de más de 14 años de relación. El matrimonio reunía a sus más de 500 invitados en una impresionante finca de Mallorca –que estaba blindada para evitar cualquier filtración y fotografía a la prensa-, entre los que se encontraban algunos vips de altura como el rey Juan Carlos y la reina Sofía. Una isla en la que el tenista olvida toda la presión mediática que conlleva ser un deportista de élite tan reconocido y que habría sido el motivo principal para ser el escenario escogido para vivir este momento tan especial para ambos. “Para mí, regresar a esta isla significa volver a una vida normal. La vida normal me hace feliz. No soy solo Rafa Nadal el tenista. Me convierto en Rafa Nadal el ser humano, otra vez”, confesaba al periodista Jon Wertheim.
Lo que nunca ha ocultado a la misma prensa que recogía el enlace son sus deseos de formar una familia junto a Xisca. Unos anhelos que no se habrían visto todavía cumplidos por las largas temporadas que tiene que pasar fuera de casa a causa de su trabajo. “Tener que viajar tanto… No sé si es ideal para ellos”, explicaba en una entrevista para Juan Mónaco hace tres años. Estas razones habrían retrasado la llegada de sus hijos al hogar de la pareja, a pesar de admitir en más de una ocasión que es una persona muy familiar y que le “encantan” los niños. En una distendida charla con su compañero de profesión Andy Murray durante esta cuarentena reflejaba que todas estas dudas habían desaparecido. El mallorquín comentaba a su amigo que sufría problemas de sueño durante este aislamiento por los maratones que afrontaba a diario. Problemas insignificantes para el británico, que se levantaba antes de las seis de la mañana porque tiene tres hijos. “Espero estar en tu situación dentro de no mucho”, aseguraba Nadal.
Antes de haber celebrado esta ceremonia, Rafa Nadal daba su primer paso en el mercado inmobiliario adquiriendo en 2013 un extenso terreno de más de 7.000 metros cuadrados con acceso directo al mar en su tierra natal y donde habría tenido pensado echar sus propias raíces junto a su mujer. A pesar de que ya han pasado 7 años, las obras de su mansión han empezado ahora debido a las complicaciones burocráticas derivadas a su ubicación geográfica, según confirmaba Carlos Costa –mánager del artista- al portal ‘Vanitatis’. Mientras tanto, la pareja habría vivido en un edificio de apartamentos que está ocupado al completo por familiares del propio jugador en Porto Cristo, según ha señalado el mismo medio, y en la casa de los padres de él –que se encuentra a muy pocos metros de donde se encontrará la suya.
Desde que son marido y mujer, Xisca y Rafa han estado más flexibles a la hora de hablar sobre algunos detalles de esa vida privada que tanto ha luchado por mantener en un segundo plano, llegando a recordar cómo fue su pedida de mano. “Después de 15 años, no necesitas hablar mucho. Solo un ‘¿qué tenemos que hacer?”, contaba Nadal en el programa ’60 minutos. Tampoco ocultan sus muestras de complicidad y cariño a las cámaras, dándose un beso lleno de complicidad en su último triunfo en las pistas. Asimismo, a través de su cuenta de Instagram hemos descubierto en qué emplea su tiempo cuando deja la raqueta a un lado: entrenamientos, juegos con su hermana e incluso su gusto por los fogones.