Es uno de los rostros más reconocibles de la televisión y, por contado, de la gastronomía española. Jordi Cruz lleva años probando que es uno de los mejores entre fogones, y que su talento también se despliega a la pequeña pantalla, donde ha colgado el delantal de chef para hacerse con el título de celebrity. Aun colándose en los hogares de nuestro país semana tras semanas con sus valoraciones como juez de un popular talent show culinario, de la vida sentimental de este catalán se sabe muy poco. El cocinero no suele asistir a eventos públicos y, de hacerlo, esquiva con su ingenio todas aquellas preguntas relacionadas con su faceta personal.
Pero el pasado año los espectadores tuvieron la oportunidad de poner cara a la persona con la que comparte sus éxitos y sus fracasos. Fue con motivo de la final de la versión junior del programa en el que colabora desde hace más 8 años. Rebecca Lima aparecía por sorpresa en el programa y se fundía en un apasionado beso con su chico. Fue la primera gran aparición pública de esta modelo, con quien Jordi lleva desde finales de 2018. Un tiempo prudencial en el que ambos han apostado por la discreción, pero evidenciando su amor en redes en ocasiones puntuales.
La arquitecta ha concedido su primera entrevista en la revista ¡Hola! donde ha contado con pelos y señales, entre otros asuntos, cómo se cruzaron sus caminos. Una amiga en común, que es compañera de gremio de su actual pareja, ejerció de celestina. Ella no sabía quién era él y tampoco quiso poner mucho interés en un principio. “Primero, porque estaba muy lejos. Después, ¡me imaginaba un señor gordito!”, reconocía que la imagen que se había montado en su cabeza sobre el chef no concordaba con su prototipo de hombre, pese a que considera mucho más importante “la conexión de pensamiento y valor” que el propio físico.
“Al ir hablando, descubrí que teníamos mucho en común y que él era una de las pocas personas que me entendía”, relataba Rebecca, que explicaba que ambos habían construido sus carreras “de la nada a base de esfuerzo” desde muy jóvenes. “Conocí a su verdadera esencia, porque es un hombre singular, y nos enamoramos”, explicaba cómo se fue fraguando su historia de amor.
La brasileña admitía que su novio “tiene mucho carácter”, pero no solo dentro del concurso, también en casa. “No tiene miedo de decir lo que piensa, pero también conozco a un Jordi muy humano, con infinitas cualidades”, resaltaba las virtudes de su chico, afirmando que le gustaría que el público pudiese descubrir también esa parte suya. Para Lima esta convivencia ha sido “la verdadera “prueba de fuego” en su relación, ya que le ha permitido conocer a fondo a la otra parte.
“Una de las pocas cosas buenas que nos ha dado este confinamiento ha sido darnos cuenta de que tenemos una relación sana y bonita que puede dar grandes frutos en el futuro”, tenía claro que habían superado el reto de vivir bajo el mismo techo con nota. Eso sí, por ahora no entra entre sus planes tener un niño correteando por las estancias. “Ser mamá es un sueño que quiero cumplir, pero, a la vez, quiero compaginarlo con mis deseos laborales”, aplazaba indefinidamente su idea de estrenarse en la maternidad.